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Monday, August 19, 2013

La gota que colma el vaso

El abogado de Mubarak ha afirmado que su defendido podría estar libre en menos de 48 horas. Sería la última vuelta de tuerca, el paso final de una vuelta al régimen anterior en Egipto de aquel golpe de estado que no era un golpe.

Desde que los egipcios echaran a Hosni Mubarak de la presidencia egipcia, aquella revolución no ha hecho más que diluirse. Tal y como ha pasado en otros sitios –como en Siria- grupos tan distintos como los islamistas y los liberales permanecieron unidos el tiempo suficiente como para llevar a cabo su objetivo común. Eso no iba a durar mucho.

Una vez descabezado el antiguo régimen, cada uno ha mirado por sus propios intereses. En la búsqueda de poder, tanto unos como otros se han aliado con la única opción que les quedaba, que no era otra que el antiguo régimen.

Primero fue Morsi, que descabezó al ejército empezando con Tantaui y colocó a Sisi al frente. Sisi era un general más proclive al cambio e incluso cercano a los Hermanos Musulmanes en temas de religión. Sin embargo, como le pasó a Allende en Chile en el 73, el que Morsi consideraba un aliado ha sido quien finalmente le ha traicionado.

Luego llegó el turno de los liberales. En su deseo de expulsar a Mubarak del poder, en la segunda ronda de las pasadas elecciones se encontraron con la disyuntiva de elegir entre el antiguo régimen o los Hermanos Musulmanes. Hartos de éstos últimos, en julio se pusieron del lado del ejército para expulsar a Morsi.

The pic that put Facebook in flames
Desde que el 3 de julio los militares llevaran a cabo el golpe de estado, los liberales estaban a la cabeza defendiendo al ejército. Creyeron que estaban de su lado. En cierto modo, era cierto: ambos bandos querían derrocar a Morsi, pero la agenda del ejército iba más allá. Mientras que los liberales querían elecciones, el ejército quería una vuelta al antiguo régimen.

De ahí el regreso al culto a la personalidad con Sisi, el uso de matones para reprimir manifestaciones o las amenazas veladas a la prensa internacional y regional, todo ello ligeramente reminiscente de la época de Mubarak. La puesta en libertad del ex presidente egipcio sería la última pieza del puzle.

Mientras tanto, los Hermanos Musulmanes se han echado a la calle y la violencia estaba asegurada. Quieren guerra. El ejército se ha enfrentado a los partidarios de Morsi y ya van más de 800 muertos en el momento de escribir estas líneas, y aumentando. A eso hay que sumar la violencia que los islamistas han ejercido sobre todo contra los cristianos egipcios, destruyendo iglesias y negocios coptos.

El ejército no ha dudado en usar la resistencia –a veces armada- de los partidarios de Morsi como propaganda contra ellos. De momento les tacha de terroristas y no es descabellado pensar que acabe usándolo para ilegalizar el partido.

¿Qué piensa el mundo sobre esto? Bueno, Egipto ya no es lo que era a nivel local. No tiene la influencia de antaño entre los países árabes. A nivel global, la UE ha protestado por la violencia de la represión de las manifestaciones. Estados Unidos ha cancelado unas maniobras militares conjuntas pero mantiene la ayuda militar, lo que equivale a decir que ha cancelado el brunch pero la cena sigue en pie.


Curiosamente el único otro país de la zona que recibe ingentes cantidades de ayuda militar americana es también el único que ha apoyado a los militares en su golpe de estado: Israel. Al estado judío no le interesa un país democrático en el delta del Nilo, sino un ejército fuerte que haga lo que está haciendo ahora, acabar con los islamistas en el Sinaí y apretar las tuercas de Hamas en Gaza.

Lo cierto es que es difícil saber qué pasará -nadie lo sabe- y por tanto es difícil hacer valoraciones y análisis

Tuesday, July 30, 2013

Dr. Obama & Mr. Hyde


Normalmente durante el segundo mandato de los presidentes estadounidenses es donde se revelan las verdaderas ambiciones de éstos. Sin la presión de tener que ganar la reelección al final de su mandato, tienen las manos libres para hacer todas esas políticas impopulares que en su primera ronda habrían resultado suicidas pero que son las que forjan un legado.


Picture: Obama's twitter
En el caso de Obama, era difícil superar los primeros cuatro años con Obamacare y el cierre del capítulo Bin Laden. Todo eso, sin embargo, se ha ido por el retrete. El tema del legado se le ha puesto cuesta arriba con la proliferación de casos que recuerdan a la Guerra Fría. La revelación de secretos que involucran al gobierno estadounidense en pleno ha hecho mella en la imagen estadounidense tanto fuera como –y esto es lo novedoso- dentro del país. Todo esto ha convertido a Obama en una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Es destacable ver las distintas opiniones que tenía el Obama candidato y el Obama presidente. Varios debates en la red ilustran cómo ambos Obamas podrían tener perfectamente un debate con posiciones encontradas. Como ejemplo, éste video. También hay otro que pone a Obama a debatir con Biden.


Lo cierto es que el presidente estadounidense ha impulsado leyes para proteger a los que filtran informaciones a la prensa. Pero al mismo tiempo, se ha asegurado de que nadie pueda hacerlo sin ser considerado un traidor con otras leyes. Para hacernos una idea, sería como legalizar el uso de las manos al jugar a fútbol y mismo tiempo prohibir tocar el balón. Y al tiempo que defiende a las filtraciones que trabajan en pos de las libertades de los ciudadanos, elimina de la memoria de su programa electoral las menciones a trabajar en esa línea.

El discurso contradictorio de Obama no es único del caso de filtraciones. En la guerra mundial contra el terrorismo, por ejemplo, Obama ha puesto fecha límite a la intervención militar en Afganistán y ha dado por finalizado el conflicto para acto seguido continuarlo de otras maneras durante 10 o 20 años más –que es como decir que nunca acabará.

Por no hablar de Guantánamo, que sigue ahí. O la política de uso de drones, cuyas operaciones han aumentado exponencialmente desde que Obama está en la Casa Blanca. Incluso se han hecho leyes ad-hoc para legalizar el asesinato selectivo de estadounidenses que pertenezcan a “fuerzas relacionadas” con Al-Qaeda, lo que en la práctica es un cheque en blanco. Cualquiera puede ser relacionado con Al-Qaeda si se indaga lo suficiente.

Pero sin duda los casos de Manning y Snowden son los que parecen haber colmado el vaso. Manning ha estado retenido e incomunicado durante semanas, meses, sin saber su futuro. Hoy por fin se ha sabido: será considerado un chivato, no un traidor. El culebrón todavía no ha terminado. Aun hay otros 20 cargos por los que podría pasar 120 años en prisión.

En el caso de Snowden es más sangrante. El periodista al que filtró la información se enfrenta a voces que piden su imputación y a una campaña de desprestigio. Es toda una declaración de intenciones y un aviso a la prensa en general. De forma efectiva coacciona a futuros periodistas que se encuentren en sus manos con un chivatazo. Ya saben a lo que se atienen. Snowden, por su parte, vive de momento en un aeropuerto y probablemente jamás pueda llevar de nuevo una vida normal.

Pero los ciudadanos estadounidenses tampoco lo harán –ni en el resto del mundo. Gigantes como Microsoft, Apple, Google y Facebook se han visto implicados en un caso que atenta contra algo que los estadounidenses defienden a muerte: la privacidad.

El apoyo que Snowden tiene entre la ciudadanía americana es muchísimo mayor que el que tiene Manning, básicamente porque esta vez son derechos de americanos los que se han vulnerado. PRISM ha hecho mucho más daño a la administración Obama que los supuestos peligros de los que se trataba de proteger.


Obama podrá ser recordado como el presidente que mató a Bin Laden. O el que ganó un premio Nobel de la paz. Quizá como el que creó los mimbres de un sistema de salud igualitario o el que rescató a la industria del automóvil. Pero es puede que al final sea recordado como el tirano que espió, torturó y mató con drones a otros americanos.

Wednesday, July 24, 2013

Un Irak ¿pacificado?


¿Quién dijo que Irak estaba pacificado? Esta semana, una fuga masiva de la famosa cárcel de Abu Ghraib ha liberado más de 500 presos, muchos de ellos de Al Qaeda en Irak. La palabra masiva se queda corta para describir una operación que deja en pañales a otras intentadas por Al Qaeda en Afganistán o Irak.

La confusión del gobierno iraquí ha sido máxima también. Sabían que algo se les venía encima. Todos los años, durante el Ramadán, los ataques terroristas se incrementan. En eso me recuerdan a la forma de actuar de ETA, que solía ejecutar atentados en los fines de semana y periodos vacacionales.

Pero volviendo al tema, decía que el gobierno iraquí sospechaba que algo se estaba preparando. No sabía bien qué pero por si acaso, habían preparado un dispositivo policial especial para hacer frente a cualquier imprevisto.

De poco les ha servido. Según las últimas informaciones disponibles, algunos de los guardas de la propia prisión ayudaron a los presos a escapar. De hecho, se habla de un “trabajo interno” que ha dejado en libertad a muchos de los líderes de Al Qaeda en Irak, incluyendo algunos que fueron arrestados por tropas estadounidenses.

Pero si sólo hubiera sido cosa de una fuga –masiva, pero una fuga a fin de cuentas- la cosa no sería tan preocupante. Lo realmente grave es que la cifra de muertos no deja de aumentar. Mucho para un país que se supone que es estable.

Photo: Channelstv.com
Era mucho pedir que por una vez Irak gozara de un Ramadán tranquilo. En lo que llevamos de julio, 450 personas han muerto en un país que sigue acostumbrado a cifras altas de muertos a nivel diario. El sábado pasado, en un solo día, 80 personas murieron en varios ataques en todo el país.


Para hacerse una idea, en 2011 hubo 4147 muertos relacionados con la violencia terrorista en Irak. En 2012 la cifra subió a 4573. En lo que llevamos de 2013 (sin contar julio), el número de muertos asciende a 3175. Si la progresión sigue, se podrían llegar a los 5000 muertos en este año. Es más, desde 2003, no ha habido ni un solo mes que haya tenido menos de 200 muertos por violencia. Desde 2011, la media es de 450 muertos al mes. Demasiados para un país pacificado.

Sunday, July 14, 2013

Contrabandistas de Oriente Medio




Las fronteras de Oriente Medio y el Sáhara siempre han sido un campo de cultivo excelente para el contrabando. Docenas de veces, al cruzar de un país a otro, he visto cómo cigarrillos, alcohol o incluso papel higiénico era transportado mezclado con el equipaje de los turistas y backpackers.

Los conflictos en la región han hecho esas fronteras aún más porosas. Son muchos los que se están beneficiando de la falta de control en alguno de los lados de la frontera para incrementar el contrabando de todo tipo de bienes, objetos o incluso personas.

En el Sáhara, la creciente influencia de al-Qaeda (notable por usar el narcotráfico para financiarse) ha multiplicado el contrabando en sitios como Argelia o Mali. Gente que antes traficaba tabaco se ha visto atraída por el dinero fácil y ahora transporta cocaína. Llega desde Sudamérica a África a través de la ruta del paralelo 10 (Highway 10) y cruza el desierto con destino a Europa.

Más al este, la historia es parecida. Según un reportaje de AP para Al Jazeera, armas, ayuda humanitaria -incluyendo combustible- y medicinas entran en Siria via Turquía. En la otra dirección van verduras, harina, té, madera de casas destruidas hierro de misiles y cohete e incluso animales vivos como vacas.

La siempre porosa frontera entre Líbano y Siria es más de lo mismo. En el caso de los libaneses, el tradicional contrabando de tabaco ha dado paso a un mucho más mortífero contrabando de armas. La ONU, a través de su secretario general Ban Ki-moon, ya ha expresado su preocupación por que este contrabando acabe con desestabilizar al propio Líbano.

Una de las razones de las dudas americanas a apoyar a los rebeldes es que sus armas puedan acabar en manos islamistas. También hay dudas sobre qué puede pasar con las armas químicas del régimen de Assad.

Túnel en Gaza
El asunto preocupa bastante a Israel, que teme que las armas huérfanas de Assad acaben formando parte de un arsenal al servicio del mayor postor. Hace unas semanas aviones israelíes bombardearon en suelo sirio un supuesto envío de armas a Hezbollah desde el espacio aéreo libanés.

La contrapartida al beneficio de unos pocos por el contrabando es que los precios de los bienes se han disparado para el resto, incluso los de primera necesidad.  Mientras la harina y el combustible sirios cruzan la frontera para sacar beneficio en Turquía, las panaderías de Alepo no pueden fabricar pan.

Lo mismo pasa con otros alimentos como los tomates, que han visto aumentar su precio más del doble desde que empezó la guerra. Asimismo, los pastores tratan de deshacerse de sus rebaños por temor a que un bombardeo acabe con ellos. Esto explica el contrabando de animales vivos, pero también los desorbitados precios de la carne.

Pero si hay una región de Oriente Medio que lleve años perfeccionando el contrabando ésa es la franja de Gaza. Los famosos túneles bajo la frontera con Egipto han proporcionado vida a la población durante los años más duros. Ahora, con el cambio de gobierno en Egipto, siguen usándose pero cada vez menos.

No obstante, The Telegraph especulaba recientemente con la posibilidad de la reactivación de una ruta de contrabando de Irán a Gaza, pasando por Sudán, destinada sobre todo a dotar con armas a Hamas.

No sería la primera vez que los iraníes lo intentan ni, de nuevo, la primera vez que Israel invade espacio aéreo foráneo para evitarlo. Israel ya atacó en varias ocasiones la capital sudanesa y convoyes en su territorio que, según Tel Aviv, iban cargados de armas destinadas a Hezbollah en Líbano o Hamás en Gaza.

Sin embargo, quizá el más sorprendente acto de contrabando de los últimos meses haya sido otro. No tiene que ver con armas, comida o medicinas, sino con un elemento mucho más primario de la naturaleza humana: obtener descendencia.

Para los prisioneros palestinos en cárceles israelíes, tener hijos está fuera de su alcance. Sin derecho a reuniones privadas conyugales, es imposible. Por eso cada vez más recurren a un método ingenioso, el contrabando de esperma

Tuesday, July 09, 2013

Primavera árabe, verano islamista



Con la perspectiva que da el tiempo, muchos occidentales que en un primer momento apoyaron las revoluciones árabes miran ahora con ojos de temor el aparente fruto de esa primavera. Algunos respiraron con tranquilidad al escuchar noticias de un golpe de estado contra Mursi -pese a ser, de todos modos, un golpe de estado.

Todos los países involucrados, desde Marruecos a Siria, han visto aumentar su base islamista. En Siria milicias islamistas como al-Nusra ganan influencia. En Marruecos y en Túnez dos partidos islámicos se hicieron con el poder en las últimas elecciones. Hamas, por su parte, gobierna la franja de Gaza desde hace años. En Egipto hasta el golpe hace dos semanas eran los Hermanos Musulmanes los que gobernaban. 

Dado que no hay ninguna facción de entre las anteriores que haya llegado a una esfera de influencia tras usar la violencia (salvo al-Nusra) es difícil pensar que toda esa gente no estuviera allí desde antes. Simplemente no eran escuchados. Sin embargo, el nuevo panorama les da mayor libertad de actuación.

La mayor parte de los que se lanzaron a las calles de Rabat, Damasco o Cairo eran liberales. Querían más democracia, mayor participación y más reparto de la riqueza. Y pedían soluciones a problemas como el desempleo y ruptura con el antiguo régimen.

Sin embargo, siguiendo un modelo muy familiar, lo que empezó siendo una revuelta liberal se ha convertido en una de corte islamista. Del mismo modo que los palestinos primero abrazaron Fatah para luego lanzarse a los brazos de Hamas, el resto de ciudadanos de las revueltas árabes han recorrido el mismo camino, sólo que acelerado.

Es un patrón conocido. Fatah, al igual que Mubarak, Gadafi, Assad o Ben Ali, representaban al antiguo régimen. Para sus ciudadanos, la bandera del cambio es la de los islamistas.

Esto no debería extrañar ni preocupar a occidente. Se trata de una evolución natural y que no tiene por qué mantenerse. En Egipto, los Hermanos Musulmanes estaban en el poder hasta hace poco, pero cada vez tenían más problemas para solucionar lo que a la gente de veras le interesa. Y una vez despertada, la sociedad egipcia -como las demás- no se ha quedado de brazos cruzados. De ahí el reciente golpe de estado al gobierno de Mursi.

Incluso aunque los islamistas se quedaran en el poder, un gobierno con marcado carácter religioso no es tan extraño. A fin de cuentas, en Estados Unidos acuñan sus monedas con la frase “Confiamos en Dios”, en Inglaterra el Gobierno está supeditado a la cabeza de la Iglesia anglicana y en muchos otros países el presidente del gobierno jura su cargo ante la Biblia.

Es más, también en los países occidentales hay alternancia de poder entre partidos más liberales y seculares y otros más influenciados por la religión. Pero mientras haya libertad para elegir y alternancia en el poder, no debería ser ningún problema.

Otra cosa es la preferencia de cada uno. Los laicos y liberales preferirían sin duda un gobierno a la francesa, sin ataduras religiosas.

Por el camino habrá avances en algunos asuntos, como una mayor apertura democrática y un despertar de la sociedad; y otros que serán pasos hacia atrás. Los casos de Gaza o Irán, donde triunfaron revoluciones islámicas hace tiempo, muestran el camino, con sus luces y sus sombras.

De hecho, si sirve de algo para tranquilizar a los que se preocupan por un futuro islamista, no hay mejor argumento que mirar a la gente que sigue echándose a la calle. Son seculares.

La deriva actual de la sociedad árabe, tras la ola inicial de islamismo -la opción más fácil y visible- es la del secularismo. Ésa va a ser la segunda Primavera Árabe, la que Egipto una vez más, parece encabezar.

Sunday, July 07, 2013

La guerra privada



El mundo se despertaba a finales de abril con las horribles imágenes de un avión civil de carga estrellándose en Afganistán. La enorme bola de fuego daba una imagen de la tragedia.

El avión era un Jumbo, un Boeing 747-400 que sólo llevaba carga a bordo. Ésta carga eran en su mayoría material militar, vehículos y otros suministros. No parece que fuera víctima de ningún ataque y por ahora, la opción más plausible es que se trata de un accidente.

Probablemente la carga se soltara de sus amarres durante el despegue, fuera empujada hacia la cola y alteraría el centro de gravedad del avión. Es sin duda la causa más probable.

Sin embargo este accidente trae a primera fila un problema que normalmente se olvida: las guerras son cada vez más privadas y los estados dependen cada vez más de mercenarios.

A meses escasos de que la OTAN deje Afganistán y con Iraq ya abandonado, hoy en día hay más personal no militar que militares americanos en estos dos países. Estados Unidos se ha acostumbrado a luchar sus guerras a distancia -mediante aviones no tripulados- y subcontratando a otros.

La mayoría de estos contratistas son personal no-combatiente. Son ingenieros, médicos, capataces y toda clase de jefes de proyecto, pertenecientes a empresas occidentales que han ganado concursos de reconstrucción. También hay muchos que son mano de obra local.

Pero luego está la categoría de los mercenarios. Éstos son los que se encargan de la seguridad de las bases o -como en el caso del avión accidentado- del transporte de personal y material a los teatros operacionales.

No es algo nuevo. España vivió en sus propias carnes lo que significa contratar a terceros con el accidente del Yak. Pero la influencia de los contratistas ha aumentado conforme aumentaban los conflictos en los que se ha visto involucrado Estados Unidos.

Hoy en día podemos encontrarnos mercenarios en Iraq o Afganistán, pero también combatiendo la piratería en Somalia, ayudando a los franceses en Mali, asesorando a los rebeldes sirios o manejando la mayor base aérea de Kirguizistán.

Esto ha hecho que los ejércitos modernos, empezando por el estadounidense, dependan en gran parte de los mercenarios. Sin ellos, las operaciones de la OTAN en Afganistán cesarían de inmediato porque no hay ningún país de la coalición, ni siquiera Estados Unidos, que sea capaz de, por ejemplo, mantener la capacidad de carga que operan los distintos subcontratistas.

Las tropas se quedarían sin municiones y sin combustible, pero también tendrían que dejar de patrullar para ponerse a hacer labores como pelar patatas o vigilar las bases. Trabajos que en otro tiempo eran asignados a los soldados y hoy son hechos por mercenarios.

Eso se refleja en su factura. Entre 2008 y 2011, empresas como Blackwater o DynCorp se embolsaron un total de 132 mil millones de dólares, un presupuesto mayor que el de cualquier otra agencia americana en ese mismo periodo. Y hay que tener en cuenta que ésa es sólo la factura de Estados Unidos y además no incluye todos los contratistas. Personal como los de la seguridad de embajadas no está incluido en ese número.

Al tema económico se le une también el problema moral que ocasionan los mercenarios. Son varias las veces que se han visto envueltos en escándalos en Iraq y Afganistán, algunos muy sonados. Pero incluso tras escándalos como los de Blackwater, el ejército de mercenarios no ha hecho sino aumentar. Se trata sin duda de un buen negocio para muchos. ¿Pero a qué precio para los estados?

Sunday, June 30, 2013

La superpotencia que viene (II)




Como decíamos la semana pasada, China tiene todos los ingredientes para convertirse en una gran potencia. Ya lo es a nivel regional. Pero la duda continúa sobre si podrá erigirse también como una superpotencia mundial.

La definición tradicional de superpotencia ha estado normalmente ligada a un ejército poderoso. Y ahí a China le queda mucho camino por recorrer.

En los últimos años -y sobre todo desde 2011- China ha impulsado varios proyectos militares de gran envergadura. Entre ellos están por ejemplo los aviones que tiene en desarrollo, entre los que están el J20 y el J31.

Estos dos prototipos convierten a China en el único país, junto con Estados Unidos, que posee dos modelos de aviones de quinta generación. Rusia, tercer y único otro país en posesión de esta tecnología, sólo tiene un modelo en desarrollo. El resto, ninguno.

Pero nada ejemplifica más una superpotencia que su capacidad de proyección de fuerza. Ahí es donde entran en acción los submarinos y sobre todo, el portaaviones que la armada china (PLA) está desarrollando.

Ambas plataformas son la punta de lanza de cualquier ejército moderno. Son las que permiten desplegarse con rapidez en cualquier lugar del mundo y es de lo que hasta ahora carecía el ejército chino.

Aun le quedan muchos años de desarrollo por delante como para poder siquiera acercarse al potencial estadounidense. Pero el mero hecho de sentar las bases de un poder militar tiene a más de uno preocupado en Washington.

Aunque tampoco es que China parezca que quiera seguir el modelo militarista de Estados Unidos y Rusia. Seguramente sus fuerzas armadas aumentarán sus salidas al exterior a medida que aumenta la influencia China. Pero principalmente será para maniobras y para misiones humanitarias -algo que no pudieron hacer durante el tsunami de 2004 pero que aprendieron a tiempo para el desastre de Fukushima.

Esta estrategia encaja bien con el enfoque de poder suave (soft power en inglés) que China ha ejercido históricamente y ejerce hoy en día en África, Latinoamérica y Asia. Un poder que se puso a prueba en Libia, cuando se vio obligada a evacuar a la larga población de expatriados chinos que trabajaban allí extrayendo gas.

Su alta demanda de recursos y energía le ha hecho salir por el mundo a encontrarlos. Mongolia, Australia, Venezuela o Uganda son algunos de los países que se han beneficiado del soft power chino con contratos comerciales.

El caso del país africano resulta especialmente llamativo. En un país donde hasta hace nada la infraestructura era inexistente, hoy se abren paso en medio de la jungla anchas autopistas de seis carriles. Incluso los presentadores de Top Gear se sorprendieron al verlas. Es el regalo chino a África a cambio de sus recursos.

Pero China se está atreviendo a jugar también en el terreno agresivo. Y cuando hablamos de economía, las multinacionales serían los portaaviones y las agencias de rating los submarinos.

El gigante asiático ha empezado a imponerse también en estos ámbitos. Las compañías chinas llevan años introduciéndose en el mercado occidental, ya sea mediante expansiones geográficas (como la introducción de productos chinos en el mercado europeo) o adquisiciones (como la de Volvo).

Por su parte, en mayo China creó su primera agencia de rating junto con Rusia para contrarrestar a Moody’s y S&P, estadounidenses y criticadas -también desde la Unión Europea- por ser sesgadas y pro-americanas.

Sin embargo, si el gigante asiático quiere de veras convertirse en un dominador global, aun tiene varias asignaturas pendientes que debe aprobar.

El principal problema que tiene China es el mismo que le ha permitido crear tanto y tan rápido: es el país de la copia. En los comienzos de su desarrollo, copiar les ha servido a los chinos para empezar con ventaja. Sin embargo, se han acostumbrado a ello.

Un tema recurrente entre los expatriados en China es la falta de imaginación de sus subordinados locales. Saben acatar órdenes y saben copiar, pero son incapaces de crear.

Su iniciativa se reduce con una generación que ha crecido al abrigo de no tener que pensar nada, sólo hacer ingeniería retroactiva o seguir las instrucciones de unos planos robados de un servidor o comprados en condiciones cuestionables. Algo que se ve agravado por la censura en Internet.

Por supuesto hay gente que innova, pero los resultados son… dudosos, siendo generosos. Los mejores productos chinos a día de hoy siguen estando basados en otros proyectos. Cuando China sea quien tenga que ir en vanguardia, se va a encontrar con un serio problema.

El resto del mundo además ahora se protege mejor contra las copias. Un empleado de una empresa aeronáutica española me comentaba cómo en la segunda visita de potenciales inversores chinos tuvieron que aislarles para que no pudieran ver o copiar nada. Llegaron al extremo de bloquear las ventanas de la oficina que daban a la planta de ensayos y desconectar los ordenadores que prestaron a los chinos de la intranet de la empresa.

El problema del déficit energético, por otra parte, va a frenar su industria. Pese a la gran inversión prevista en centrales nucleares, para mantener el nivel actual de crecimiento en la producción, China necesitaría aumentar en un 50% el consumo de carbón. Algo que va a suponer dificultades tanto medioambientales como económicas.

Asimismo, muchos chinos siguen pensando hoy en día que el mejor futuro para sus hijos está fuera. Sin mentalidad ganadora es difícil crear un país líder. A ello se le une una población envejecida y que cada vez lo va a estar más. Las políticas de un solo hijo han puesto en peligro el relevo generacional chino.

Pese a todo ello, e incluso aunque sólo sea por peso demográfico, China está llamada a tener un papel relevante en lo que queda de este siglo. Sus élites lo saben y por eso están preparando el terreno a nivel militar. Por el contrario, América sigue distanciándose de su papel de policía mundial que le había caracterizado hasta ahora.

También está pasando a nivel político. China se está aventurando en asuntos que antes no le importaban, como el conflicto entre Israel y Palestina. Inmiscuirse en un asunto regional tan alejado de su área de influencia es un claro signo del papel dominador que China está llamada a ejercer y ejercerá. Lo quiera o no Estados Unidos.

Sunday, June 23, 2013

La superpotencia que viene (I)




El ocaso de Estados Unidos como superpotencia solitaria se vislumbra ya en el horizonte. China llega apretando con fuerza. En algún momento entre 2015 y 2020 -según a quién acudamos- el gigante asiático se convertirá en la primera economía mundial.

En un tiempo donde los soldados han dejado paso a los brokers de la bolsa y las invasiones territoriales a las adquisiciones de empresas, eso significa poder y control.

Ha sido un camino relativamente corto para China. A nivel económico la evolución ha sido exponencial. Allá por 2003, China era la sexta economía mundial. En 2004 superó a Francia. En 2006 a Reino Unido. En el 2009 cayó Alemania. Y en 2011 Japón cedió la medalla de plata.

A día de hoy, China lidera el ranking de población. Pero también el de conexiones a internet, consumo energético por cabeza y parque automovilístico. Estos factores -su enorme población y su mercado interno- es lo que ha permitido al país crecer a un ritmo de media en torno al 10% anual.

Este crecimiento ha ido de la mano del incremento del nivel de vida de los chinos. De media, sus salarios han crecido un 10% anual desde 2006.

Algo similar ha ocurrido con el desarrollo de la industria. En veinte años ha visto pasar a un ritmo acelerado una revolución industrial que en Europa y Estados Unidos duró más de 200 años. Hoy en día es la mayor fábrica de todo tipo de artículos de alta tecnología.

A ello ha contribuido una masiva migración del medio rural a las ciudades. 120 millones de chinos han dejado atrás los campos para pasar a engrosar las plantillas de las fábricas en enormes ciudades con la población de países enteros.

También ayuda el hecho de que China controle la producción de metales de tierras raras, unos elementos imprescindibles para todo tipo de dispositivos, desde teléfonos móviles a lavadoras.

Esta explosión económica y de desarrollo acelerada ha ocasionado estampas peculiares. Tiene tintes extremos. Como buenos copiadores, los chinos cogieron lo que quisieron del sistema capitalista -su economía- y lo que quisieron del comunista -su organización administrativa- creando un cóctel peculiar, único y a veces, salvaje.

La herencia comunista hace que la burocracia china sea temida, especialmente por los expatriados que trabajan allí. Es una mezcla de reglas comunistas mezcladas con tímidas aperturas liberales que resulta un laberinto difícil de navegar. Por otra parte, esa misma burocracia hace que la economía capitalista a veces tenga que moldearse alrededor de supuestos estúpidos o salvajes.

Una clara muestra de ello son las “nail houses” (casas clavo). En los 60, el gobierno comunista podía expropiar terrenos a su antojo pagando compensaciones muy bajas. Con la introducción de leyes de propiedad privada en 2007, los propietarios ganaron cierto poder de negociación.

Ello llevó a situaciones estúpidas. Por toda China hay ejemplos de residentes que se negaron a vender sus casas y los constructores edificaron desde centros comerciales hasta carreteras a su alrededor.

Una de las cosas que los chinos han aprendido a hacer extremadamente bien es protestar. A veces sus voces se oyen, otras veces no.

En los últimos años el tema medioambiental ha sido un foco continuo de protestas: el agotamiento de los acuíferos, la polución del aire o los “pueblos cancerígenos” son sólo algunos ejemplos. Quizás no siempre había detrás una motivación ecológica, sino económica, pero de un modo u otro han estado presentes.

A ello se han unido las denuncias por corrupción, violaciones de los derechos humanos y la lucha por los derechos civiles, un campo donde el artista Ai Weiwei ha sido su máximo portavoz en los últimos años.

Los avances, sin embargo, tanto en medio ambiente como derechos humanos han sido tímidos. Ambos son un daño colateral que el gobierno chino está dispuesto a asumir si con ello consiguen progresar. No así en temas de corrupción, donde China empieza a actuar con algo más que palabras.

De puertas hacia adentro, China se ha preocupado de dejar claro a sus ciudadanos que su importancia mundial se ha incrementado. Los mega-proyectos arquitectónicos como el de la mayor presa del mundo, el ferrocarril a mayor altitud o uno de los puentes más largos del mundo han puesto a China aun más si cabe en el mapa.

Pero no sólo de cemento se nutre el orgullo chino. Desde que en 2008 alojara los Juegos Olímpicos, China ha pasado a controlarlos en la última edición de Londres. Asimismo, parte militar, parte civil, su programa espacial autóctono es una hazaña de la que muy pocos países pueden presumir.

Al aumento de prestigio se le ha unido el del nivel de vida. Los mayores salarios han hecho de los chinos los turistas que más gastan fuera de sus fronteras y, por tanto, los más deseados -aunque también sean los más problemáticos.

China tiene todos los ingredientes para convertirse en una gran potencia. Ya lo es a nivel regional. Pero la duda continúa sobre si podrá erigirse también como una superpotencia mundial.

Friday, June 21, 2013

Turquía y Brasil: las conexiones y las diferencias

Miles de kilómetros los separan. No comparten el idioma, la cultura, la religión o un pasado colonial común. Pero a pesar de ello, Brasil y Turquía están revolviéndose a la vez. Ambos movimientos ciudadanos toman prestados inspiración y trasfondo de movimientos como el 15M y la Primavera Árabe y han florecido y están cobrando impulso desde Río hasta Estambul. ¿Qué los diferencia y que los une?

Diferencias

De dónde vienen y a dónde van
Brasil y Turquía no han estado nunca en el centro de atención global. Siempre han sido importantes potencias regionales, pero carecían del apoyo de un actor mundial importante como la Unión Europea. Sin embargo, en los últimos diez años ambos países han adquirido relevancia y poder económico propio y ahora puede luchar de igual a igual con la UE (Turquía) o incluso en un escenario global (Brasil).

Ahora bien, mientras que Brasil es mucho más independiente para actuar, Turquía debe mirar con lupa sus acciones si quiere ingresar en la UE. La violenta reacción contra las protestas no ha mejorado el prospecto de adhesión para los turcos.

La chispa que encendió la llama
En Brasil siempre ha sido sobre el dinero. Todo comenzó con un alza de 10 centavos en los precios del transporte público. Pero la protesta pronto creció para englobar a la frustración generalizada por toda una serie de cuestiones económicas, desde los altos impuestos a los gastos derrochadores de dos eventos deportivos (Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016). Algo tiene que ir tremendamente mal para que los brasileños protesten por el fútbol.

Gas lacrimógeno; made in Brasil, usado en Turquía
En Turquía siempre ha sido acerca de la defensa de la laicidad. Puede que la chispa de los disturbios fuese la propuesta de arrancar algunos árboles para reconstruir el área en un centro comercial -o una mezquita. Pero en lo profundo de las demandas de los manifestantes está el temor a una islamización del gobierno de Erdogan. Las recientes leyes aprobadas con restricciones a la venta y la publicidad de alcohol y un intento de limitar el acceso de las mujeres al aborto son raíces más profundas en las protestas que las propias raíces de los árboles en Taksim.

Los dirigentes de los países
El Primer Ministro turco Recep Tayyip Erdogan se ha convertido en el blanco de las iras de los manifestantes. Le culpan a él y a su partido culpan de sus políticas islamizantes. La respuesta de Erdogan ha sido una represión más fuerte contra los manifestantes. Se ha convertido en una lucha muy pública: Erdogan y su partido contra un gran número de otros grupos que incluyen ecologistas, partidarios de los derechos LGBT o independentistas kurdos, entre otros.

Por otra parte, Dilma Rousseff, una ex guerrillera de izquierdas que fue encarcelada y torturada durante la dictadura de 1964 a 1985 en Brasil, elogió las protestas por plantear preguntas y contribuir al fortalecimiento de la democracia en Brasil. A diferencia del líder turco, Rousseff sigue siendo popular entre muchos de los manifestantes.

Epicentro vs dispersión.
Turquía tiene una clara centralita de su descontento: plaza Taksim. En Brasil, está un poco más distribuido. Sao Paulo y Río han llevado a cabo manifestaciones multitudinarias que viajaron a través de la ciudad. En el caso de Turquía, ha sido una lucha -literalmente hablando- por el control de la plaza de Taksim en Estambul, el símbolo de la protesta y donde todo comenzó.

Similitudes

Las protestas comenzaron fuera de la capital
Todas las revoluciones anteriores se formaron en las capitales del país. Teherán, El Cairo, Atenas, Madrid... Tanto Brasil y Turquía tienen capitales administrativas que no son la principal ciudad del país. Y para ambos, no fue en las capitales, sino en aquellas otras principales ciudades donde comenzó todo. Río de Janeiro y Sao Paulo en Brasil y Estambul en Turquía han sido desde el principio las cabezas de playa para sus revoluciones.

Una creciente clase media...
Las economías de rápido crecimiento en Brasil y Turquía han creado una nueva clase media que antes era muy pequeña. Esta nueva clase media está mejor educada, mejor informada y es más ambiciosa. El problema es que las esferas altas de las sociedades turca y brasileña han ganado mucho más poder adquisitivo que las clases medias, ampliando así la brecha. Esto es lo contrario al caso de España y Grecia, donde nadie ha ganado poder adquisitivo (aquí se trata de un caso donde unos -la clase media- han perdido más que otros -las clases altas).

...pero también creciente desigualdad
A pesar del crecimiento económico, el índice de Gini se ha hecho más grande para los dos. Esto demuestra la creciente desigualdad a la que la población de Turquía y Brasil se enfrentan. La brecha entre los que más tienen y los que menos tienen es cada vez más amplia, y la escala se extiende tanto que el espacio para la clase media está en peligro.

La represión policial contra manifestantes
Ambos disturbios se han encontrado con duras medidas policiales por igual. Porras, cañones de agua, balas de goma y gases -lacrimógenos y espray de pimienta- han sido utilizados por los gobiernos para reprimir las manifestaciones. En un episodio de retorcida ironía, los manifestantes turcos descubrieron que los botes de gas lacrimógeno utilizados por la policía turca se hicieron en Brasil.


Ambas fuerzas policiales han sido también fuertemente criticadas por el uso excesivo de la fuerza. En Turquía, el sindicato de la policía dijo que al menos seis policías habían cometido suicidio debido a la tensión a la que estaban siendo sometidos. En Brasil, el video de un policía que se niega a reprimir a los manifestantes y es despedido en el acto por su superior se ha convertido en un hit de YouTube.

Sunday, June 16, 2013

Los viejos hábitos son difíciles de erradicar




Vivimos en un mundo radicalmente opuesto al de la Guerra Fría. De hecho, es un periodo de tiempo que para todos ha quedado atrás. No más temor a un holocausto nuclear. En las películas de Hollywood, los malos son ahora terroristas árabes y no soldados comunistas.

También la era de la carrera armamentística se ha dejado atrás. No sólo los arsenales nucleares están disminuyendo. Los ejércitos en general están cambiando sus prioridades. Reino Unido ha dejado de poner su énfasis en submarinos nucleares. Rusia va por el mismo camino con sus submarinos.

La guerra ha cambiado. Ya no se necesitan grandes ejércitos para luchar con otras naciones, sino drones para atacar a distancia, vehículos acorazados que resistan minas caseras y tácticas antiguerrilla con ejércitos más compactos.

Ni siquiera Estados Unidos quiere ser un policía del mundo como hasta ahora ha hecho. Su intervención en Libia fue a la par que la francesa. En Malí sólo aportó medios auxiliares. Y de Siria no quiere ni oír hablar.

Claro que una cosa es querer abandonar viejos hábitos y otra bien distinta hacerlo. Todavía quedan vestigios de la Guerra Fría que están bien activos. El más interesante es el caso del espionaje.

Durante los 90, el avance de la tecnología hizo que las agencias de espionaje decidieran gastar menos en información de fuentes humanas y más en ojos digitales. Los satélites les daban toda la información que creían necesitar. Sin embargo, el 11-S cambió el panorama y desde entonces los espías están viviendo una segunda juventud.

El último episodio con la captura de un espía americano de la CIA en Moscú ilustra que poco ha cambiado. Llevaba varias pelucas, una brújula, un bloqueador de interferencias (papel de aluminio) y como único elemento del siglo XXI, un teléfono móvil.

Anna Chapman
No es el único caso de espionaje reciente. En Londres, la muerte del ex agente del KGB Alexander Litvinenko ha dado pie a algunos a pensar que sus antiguos jefes estaban detrás del envenenamiento con polonio.

Mucho más sonada fue la captura de Anna Chapman y otros nueve espías rusos en Estados Unidos. Chapman pasó inmediatamente a convertirse en una celebridad.

Una faceta mucho menos reportada es la vuelta de los vuelos de reconocimiento. Durante los 60, los 70 y los 80, aviones rusos y estadounidenses rozaban o incluso llegaban a meterse en espacio aéreo extranjero. Una especie de juego del gato y el ratón, cuya finalidad eran comprobar si las defensas del otro estaban alerta o no.

Rusia ha vuelto a hacerlo varias veces desde 2012. Bombarderos de largo alcance asoman esporádicamente por el ártico y prueban la paciencia de sus vecinos. A ese respecto, Suecia ha suspendido el examen. No ha sido la primera vez que aviones rusos han entrado en su espacio aéreo y los suecos no han sabido responder a tiempo.

Esta estrategia probablemente forma parte de otra guerra solapada que se empieza a gestar: la batalla por el Ártico. Pero esa es una historia para otro día.

Sunday, June 09, 2013

El drama de los desplazados




El año pasado se batió un nuevo  record en cuanto a desplazados internos por la violencia. En total, 28,8 millones de personas han tenido que dejar sus hogares en todo el mundo escapando de conflictos armados. Siria y Congo encabezan la lista.

La situación de los desplazados internos es aun peor que la de los refugiados. Para empezar, su número dobla al de los refugiados. A unos y otros les diferencia además el hecho de que los refugiados abandonan su país de origen mientras que los desplazados se quedan en éste.

Sin embargo, esto hace que los desplazados tengan muchos más problemas que los refugiados. Para empezar, su situación es más precaria. Si se trata de una guerra civil, como por ejemplo en Siria, corren el peligro de verse atrapados por el mismo horror del que huyen y volver a vivir el infierno de tener que escapar de nuevo.

Además, los refugiados gozan de cierta protección internacional de la que los desplazados carecen.

De los casi 29 millones de desplazados internos, una quinta parte (6.5 millones) corresponden a nuevos desplazados. El resto ya lo estaban desde antes de 2012.

Siria se lleva la peor parte en términos de nuevos desplazados. De un total de más de 3 millones de desplazados, dos millones y medio de personas son nuevos de 2012.

Photo US Navy
El dato da una nueva dimensión a las palabras de Antonio Guterres, Alto Comisionado de la ONU para los refugiados, que ha descrito el conflicto sirio como la mayor catástrofe humanitaria desde el final de la Guerra Fría.

En cuanto a números totales, Colombia es el país con mayor número de desplazados internos, seguido de la mencionada Siria y la República Democrática del Congo.

De hecho, la región Sub-Sahariana, con más de 10 millones de desplazados, es el área del mundo más castigada. Sólo en noviembre de 2012, más de 140.000 personas abandonaron la ciudad congoleña de Goma tras el ataque de los rebeldes del grupo M23.

No es de extrañar por tanto que África sea pionera tratando de solucionar el problema de los desplazados. En diciembre del año pasado, 37 de los 53 países que forman la Unión Africana firmaron -aunque no todos han ratificado- la Convención de Kampala.

El documento recoge varios derechos básicos de los desplazados internos e insta a los gobiernos a trabajar para devolverlos a sus hogares o reunificar familias divididas por conflictos entre otras cosas.

Aun queda mucho por hacer, no obstante, como demuestra el drama de los desplazados y refugiados de Sudán del sur. Tras sobrevivir al horror de la guerra, cuando han intentado volver a sus casas se han encontrado viviendo en unas condiciones aun peores de las que tenían en los campos de acogida.

Sunday, June 02, 2013

La generación perdida




Los últimos datos de Eurostat nos dejan con una cifra desoladora. Una cuarta parte de los jóvenes europeos se encuentran en paro. La situación es peor incluso en los países del sur de Europa donde el desempleo juvenil supera el 50%.

Es por ello que el norte culpa al sur de estar soportando injustamente su carga. Las poblaciones de Alemania, Escandinavia y Reino Unido, países que hasta hace poco acogían e incluso demandaban mano de obra extranjera, empiezan a ver a los europeos del sur como una invasión y los actos xenófobos, aunque muy raros, han aumentado.

En las últimas elecciones locales británicas, los partidos conservadores -especialmente el euroescéptico UKIP, pero también los tories del Primer Ministro David Cameron- han hecho caja con el miedo al inmigrante europeo.

En septiembre, el gobierno de Cameron va a implementar controles más exigentes para el acceso a subsidios de desempleo y otras ayudas. De hecho, el control de la emigración europea se ha convertido en tema central de la política británica.

Photo: Daily Telegraph
Lo cierto es que la afluencia de jóvenes del sur de Europa pone aun más presión en unos sistemas sociales ya de por sí soportando una gran carga. Pero lo cierto es que el aumento de la inmigración no va unido a un aumento del desempleo; se trata de un mito.

Por el contrario, la que sí es una amenaza real para Europa es la posibilidad de tener una generación perdida. En todo el mundo hay cerca de 300 millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan -los llamados NINIs. Muchos de ellos tampoco aparecen siquiera en las estadísticas de desempleo porque son parados de larga duración o nunca han trabajado.

Lo cierto es que es un fenómeno global. Hasta ahora, el sureste asiático y Oriente Medio lideraban el ranking de NINIs. De hecho, ésta fue una de las razones del estallido de la Primavera Árabe. Pero Europa se acerca cada vez más a éstos niveles.

Grecia encabeza la lista con un 64% de jóvenes desempleados, seguida de España con un 55%. En países como Irlanda, más de 300.000 personas han emigrado en los últimos cuatro años, de los cuales un 40% eran menores de 25 años. Para un país con una población de unos seis millones, eso supone que una de cada cuatro familias tiene algún miembro emigrante.

Las causas de todo esto son complejas. Se ha hablado mucho de la falta de coordinación entre lo que el mercado laboral demanda y lo que las universidades producen. También de la brecha digital.

Pero cabría preguntarse, como lo hace este artículo, por qué si falta gente para llenar puestos de trabajo no han subido los sueldos; algo que sería una consecuencia lógica de la ley de la oferta y la demanda.

Otra posible causa, más probable, es la falta de previsión de los gobiernos mediterráneos. En aquellos países donde la inversión en ciencia e I+D es mayor y el gobierno otorga una mayor facilidad para emprender, como Alemania, Austria o Reino Unido, el impacto del desempleo se ha notado pero no es tan drástico como en España o Grecia.

Por su parte, los países del sur de Europa, no gozaban de ninguna red de seguridad en caso de que la construcción o el turismo fallaran. Al caer esos sectores, han arrastrado consigo a otros más cualificados.

Por eso en Berlín hoy hacen cola juntos un camarero de las islas griegas, un albañil español y un ingeniero italiano. Una legislación, sistema educativo y mentalidad que favorecían a los dos primeros ha hecho que el tercero se vea obligado a emigrar también.

Sunday, May 26, 2013

La temeridad israelí




Dos ataques israelíes en Siria en menos de 48 horas supusieron la entrada, al menos extraoficialmente, de occidente en el conflicto. Las incursiones israelíes no han hecho más que complicar un conflicto ya de por sí muy enrevesado. Y como todo con el estado judío, las consecuencias de sus acciones van más allá de sus fronteras.

Los ataques se produjeron desde fuera del espacio aéreo sirio. Según Reuters y AP, aviones israelíes entraron en Líbano y desde dentro de territorio libanés soltaron su armamento.

Este hecho pone en evidencia la impunidad de Israel en la región. No es la primera vez que ataca blancos alejados de sus fronteras invadiendo espacio aéreo foráneo, ni la primera vez que lo hace con Siria. Ni siquiera es la primera vez que Siria es el blanco desde que se inició la sangrienta guerra civil.

Tanto Turquía como la Liga Árabe han condenado enérgicamente el ataque, pero poco más. Por su parte, la capacidad de reacción de Hezbollah y Siria ha quedado en entredicho. Una vez más.

Desde Tel Aviv mientras tanto ni se confirma ni se desmiente la noticia. Toda la información aparecida en la prensa habla a través de fuentes anónimas, informantes sin rostro y oficiales sin identificar. La postura oficial es negar el ataque e insistir que no hay interés alguno en entrar en el conflicto sirio.

Esa última parte quizás sea real. Assad, aunque sea un vecino incómodo, no ha sido beligerante en exceso. Sin duda, el gobierno de Bashar al-Assad es mejor que algunas de las alternativas entre los rebeldes, como los islamistas de al-Nusra, vinculados con al-Qaeda.

Nadie en Tel Aviv quiere otro gobierno islamista en la región tras la experiencia con Egipto. Sin embargo, Siria con Assad es un peligro controlable y controlado. A lo máximo que se ha limitado el gobierno sirio ha sido a ejercer de intermediario entre Irán y Hezbollah. Y esto es lo que probablemente haya propiciado estos ataques.

De hecho, la mayoría de analistas coincide en afirmar que este ataque es más contra Irán y Hezbollah que contra Siria. Los objetivos de las bombas habrían sido, según las fuentes anónimas, envíos de misiles iraníes Fateh-110 a la milicia libanesa.

Las líneas rojas de Israel en este caso son diferentes a las de Obama. Estados Unidos no quiere verse envuelto en Siria y pone como límite el uso de armas químicas; pero no especifica cómo ni en qué cantidad.

Para Israel la línea roja es el trasvase de material bélico avanzado a Hezbollah, y no le importa meterse en Siria como lleva haciendo durante años. En Wired Noah Shachtman especula con que el peligro venga no del tipo de misiles en poder de la milicia libanesa, sino de su número.

Actualmente Israel es capaz de defenderse de los cohetes en posesión de Hamas con su sistema antimisiles Iron Dome. Para los Fateh-110 dispone de otro sistema, el Arrow-2, pero a diferencia del Iron Dome su eficacia no ha sido probada en combate.

A ello se suma el hecho de que estos sistemas no son infalibles y su cometido es más minimizar los impactos que anularlos por completo, algo completamente fuera de su alcance.

Si Israel permite a Hezbollah armarse con cantidades considerables del Fateh-110 (que además puede llevar armas químicas), las posibilidades de interceptación disminuyen aún más. Y basta con que uno solo de los misiles impacte en un núcleo urbano israelí para desestabilizar la región.

Foto: IAF
Ésa puede ser la razón principal de Israel para meterse en el conflicto. Sin embargo, es una razón tremendamente egoísta ya que sus acciones conllevan consecuencias para mucha más gente que el estado judío.

Para empezar, ha dado la excusa perfecta al régimen de Assad para demonizar a los rebeldes. Según un portavoz del régimen, los rebeldes son “aliados de Israel” y el ataque se hizo de forma coordinada.

A ello le ha ayudado la ONU, de forma involuntaria, al afirmar por boca de Carla del Ponte que los ataques químicos detectados podrían en realidad haber sido obra de milicias rebeldes. Aunque la ONU después anunció en otro comunicado que no hay aún conclusiones definitivas, el daño estaba hecho.

Por su parte, con estos ataques Israel empuja a occidente a una guerra que no quiere. Según Robert Fisk, si no hay una condena a los bombardeos significa el de facto apoyo estadounidense y europeo a las acciones de Israel.

Obviamente Washington no va a condenar los ataques. De hecho Obama ya ha dicho que Israel tiene derecho a defenderse, sin matizar más. Seguramente su gobierno esté molesto por que Netanyahu no avisara del ataque, pero eso no va a cambiar su postura oficial.

El ataque israelí también ha polarizado la opinión pública árabe. Salvo en Jordania, ningún otro país de la zona desea que se mande ayuda en forma de armas y material militar a los rebeldes. Menos aun que haya una intervención occidental en Siria.

Por otra parte, la reciente visita del Primer Ministro israelí a China ha sido la excusa perfecta para que el gigante asiático comience a ensayar su papel de superpoder mundial. Mientras tanto, los dos antiguos superpoderes –Estados Unidos y Rusia- siguen sin ponerse de acuerdo.


¿Tienes miedo? Esto funciona así. Primero haces aquello que te infunde temor y es luego cuando te entra el valor.


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