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Tuesday, April 16, 2013

El genocidio silenciado


Es culpa nuestra, de los medios. Somos expertos en hacer montañas de granos de arena y a la vez evitar percatarnos de la enorme cordillera que nos rodea. Mientras todo el mundo -incluidos nosotros- mirábamos hacia Pyongyang, el silencio impera en otras partes de Asia como Birmania.
  
En Corea no ha habido aun ni un solo tiro, ni un solo muerto, ni un solo refugiado más en cincuenta años. Pese a ello, cientos de corresponsales se han desplazado a la zona para contar que no pasa absolutamente nada y mientras tanto, los Rohingya, un conflicto muy real, siguen silenciados.
  
El caso de Birmania es especialmente sangrante. Hay varios conflictos activos actualmente contra diversas minorías del país. Los Karen, Shan, Kachin y Rohingya son sólo cuatro de los grupos que actualmente están luchando contra el gobierno de Yangon.
  
Los Karen son un grupo étnico repartido entre Tailandia y Birmania que desde 1976 llevan pidiendo un estado propio o, más recientemente, mayor autogobierno. Las relaciones son claramente mejores que hace unos años y la semana pasada ambos bando se sentaron a negociar.
   
Los Shan están algo mejor. Disponen de cierta autonomía y un ejército propio aunque supeditados al gobierno central. Sin embargo, tanto los Shan como los Kachin han sido víctimas de abusos por parte de la mayoría Bamar. Al contrario que con los Karen, la tensión con estos dos grupos ha aumentado en las últimas semanas.
  
Sin embargo, el caso más flagrante es el de los Rohingya. No sólo son diferentes étnicamente, como el resto de los otros grupos, sino también a nivel religioso. Los Rohingya, mayoritariamente  musulmanes, se han encontrado con toda clase de ataques personales y contra propiedades desde hace años por parte de la mayoría budista del país.
  
En el último año, estos ataques han aumentado exponencialmente. Y no respetan nada ni nadie. A primeros de abril una escuela ardió con 70 niños dentro en lo que parece ser un ataque provocado. Trece de ellos fallecieron en el incendio.

La gravedad del asunto ha llevado a algunos a declarar que lo que se está produciendo es una limpieza étnica. Sin embargo, poca o nula respuesta ha habido por parte de la comunidad internacional.

Resulta especialmente impactante que la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi no haya dicho nada al respecto. Si tenemos en consideración cómo los medios internacionales suelen estar siempre a la escucha de todo lo que diga, su silencio es preocupante. La que otrora fue una ardiente defensora de los derechos humanos de los birmanos parece callar ante el conflicto con los Rohingya.

Photo JGM/WGMreports
Desde el gobierno central birmano se han aprovechado las celebraciones del año nuevo budista para pedir unidad nacional. Pero en la situación actual eso tiene más de utopía que de realidad. La principal preocupación es evitar que los conflictos étnicos acaben poniendo en peligro la necesitada inversión extranjera.

A qué se vean abocadas las minorías, es secundario. Problemas endémicos de la región, como los amputados por las minas, los refugiados y el turismo sexual ya amenazan a los Shan, Karen, Kachin y Rohingya.

Monday, April 15, 2013

El legado de Tatcher


Margaret Thatcher ha muerto. Pero la que probablemente fuera una de las figuras más influyentes, no sólo de Reino Unido, sino del mundo tras la Segunda Guerra Mundial vive a través de su legado.

Resumir lo que significó Tatcher en pocas palabras resulta imposible. Años después de que la Dama de Hierro dejase el número 10 de Downing Street, el efecto de sus políticas sigue notándose. Que se lo digan si no a escoceses y a los ingleses del norte.
  
Glasgow es un ejemplo de una ciudad industrial que fue literalmente abandonada a su suerte. Un sálvese quien pueda en el que el Gobierno de Thatcher se lavó las manos. Aquello acabó en paro, crimen y depresión económica. Tan severo fue que sólo ahora empiezan a levantar cabeza.
  
No sólo la industria y la minería sufrieron. La sombra de la Dama de Hierro se deja notar en todas las desregularizaciones que ha tenido Reino Unido desde entonces. Desde la sanidad a la banca, pasando por la educación. Gracias a Maggie, los niños de los colegios británicos dejaron de recibir su vaso de leche con cada comida en el colegio.
  
Photo: Javier Garcia marcos/WGMreports
Esas desregularizaciones no sólo fueron continuadas por su partido, sino también por los laboristas. Hay quienes solían bromear con que el mayor legado de Thatcher fue Tony Blair. Y es que para bien o para mal, tras ella todos los políticos cambiaron su forma de actuar. Tanto conservadores como laboristas, ninguno ha querido, sabido o podido alejarse de la influencia que dejó la baronesa.
  
A nivel internacional, Margaret Thatcher también supo dejar su huella. Tan odiada o querida, a partes iguales, como dentro de casa. Gran amiga de Kissinger y Gorbachev, ayudó a Pinochet a eludir la justicia y al gobierno de Pol Pot en Camboya y llamó terrorista a Mandela.

Por su parte, los tories son hoy euroescépticos en su mayoría gracias a la Dama de Hierro. Nadie hizo más en contra de la UE que ella. Y desde dentro. También es parte de su legado la decisión de no meterse en el euro, algo que a día de hoy parece una de las mejores decisiones derivadas del thatcherismo.

En Argentina la recordarán siempre por las Malvinas. En términos domésticos, con el país en ruinas, la guerra le sirvió a Thatcher como una plataforma propagandística inmejorable, desde donde recuperar popularidad e inflamar el sentido patriótico.

Fue una jugada redonda: la baronesa salió reelegida para un segundo mandato, donde llevaría a cabo la mayoría de privatizaciones. Sólo el servicio postal se libró. Después, con Major, Blair y Brown, llegaría la puntilla con la centralización del poder en Londres y la pérdida de autonomía de los ayuntamientos.

Por todo esto y mucho más no es de extrañar que cientos de personas salieran a la calle a celebrar su muerte. El odio a Thatcher y el thatcherismo sigue vigente en muchos que aun hoy ven su huella en propuestas como la “Bedroom tax” de David Cameron. Los que la idolatran tendrán su momento en el funeral.

Siempre quedará como la primera mujer al timón del gobierno británico, aunque nunca hizo mucho por promover el papel de las mujeres, ni en política ni en la sociedad. Cuando entró al número 10 de Downing Street, había un 3% de mujeres en los Comunes; al salir eran un 6,3%. Sin embargo, su ejemplo animó a otras mujeres a imitarla.

Hay algo que sí debemos reconocerle, y es que la situación del país cuando Thatcher tomó el mando era lamentable. El país iba de huelga en huelga, con una tasa de desempleo alarmante y humillado tras tener que recurrir a un préstamo del FMI.

Thatcher consiguió sacar al país de la ruina, aunque el precio a pagar fuera demasiado alto para la sociedad. Pero dado que para Thatcher “la sociedad no existe”, era un precio que la Dama de Hierro estaba dispuesta a pagar.

Diplomacia nuclear


De vez en cuando vuelve a aparecer en los titulares la “amenaza inminente” de Irán. Normalmente la voz de alarma viene de Israel o Estados Unidos. Lo cierto es que dado lo travieso que ha sido y es Irán con respecto a su programa nuclear, esto no debería ser ninguna sorpresa.

Como en un juego del gato y el ratón, los inspectores de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (IAEA por sus siglas en inglés) e Irán andan siempre uno detrás del otro. De momento parece que gana Irán.

Han conseguido engañar a la IAEA no una sino dos veces (al menos). Ya sea por no confesar instalaciones secretas excavadas en el corazón de una montaña al puro estilo villano de Bond, o simplemente mintiendo sobre lo que hay a simple vista, Irán se ha ganado una reputación de falta de honestidad.

Sin embargo el constante criticar del modo de actuar de Irán contrasta con la falta de pruebas de que el país de los ayatolás esté realmente buscando el arma nuclear. Y lo interesante del asunto es que son el Pentágono y la CIA los que constantemente desmienten que Irán sea una amenaza.

No son los únicos que lo dicen. De hecho, todos los numerosos ojos que la ONU y la OTAN tienen en el país persa hacen prácticamente imposible que Irán reúna material suficiente para una bomba sin que lo sepamos. Podrían hacerlo, sí; pero lo sabríamos.

Ahmadineyad habla sobre
el programa nuclear iraní/Reuters
Incluso si los ayatolás deciden fabricar la bomba, no sería algo inmediato. El propio Obama reconoce que necesitarían al menos un año para conseguirlo. Y los últimos pasos dados por los iraníes hacen que esa fecha se retrase aún más.

De hecho, de acuerdo con Meir Javendanfar, de la revista The Diplomat, construir una bomba podría ser un paso en falso para Irán. Al contrario que Corea del Norte, que ha hecho de la diplomacia nuclear un arte, Irán no necesita una disuasión nuclear.

Sin embargo, Irán no puede permitirse el aislamiento que ésta conlleva ya que necesita al mundo para exportar su petróleo. Una bomba conllevaría sanciones que el régimen no puede permitirse. Si a la dificultad de exportar petróleo le sumamos las presiones de las sanciones, tenemos un germen de desastre económico.

La economía iraní está ahora mismo bastante mermada ya de por sí. Esto hace que la población se incomode y se eche a la calle como pasó en las últimas elecciones presidenciales. Problemas domésticos es algo de lo que Corea del Norte no tiene que preocuparse.

Aunque en lo que respecta al derecho a obtener tecnología nuclear todas las facciones iraníes -y la población general- están de acuerdo, las consecuencias económicas de las sanciones que conllevaría no son del agrado de todos. Y esto, argumenta Javendanfar, es lo que al final hará que Irán no adquiera potencial nuclear: las sanciones y su economía.

Resulta interesante observar que, aunque el resto del mundo necesita cumplir con las sanciones y la prohibición de importar petróleo iraní, ciertos países europeos y occidentales -entre ellos España- tienen privilegios especiales y se les permite conseguir petróleo iraní saltándose las prohibiciones que ellos mismos imponen a otros países. 

Thursday, April 04, 2013

La guerra como un juego

Las cámaras GoPro también tienen un hueco en la guerra de Siria. El resultado es surrealista, transformando el conflicto casi en una imagen sacada de un videojuego. Algo que de todos modos no desentona mucho en un conflicto que ya ha visto un tanque controlado con el mando de la Playstation o un rifle controlado a distancia mediante un portátil.

Wednesday, April 03, 2013

¿Va a haber guerra en Corea?


Kim Jong-un parece ponerse finalmente a la altura esquizofrénica de su padre. Incluso está superando la audacia de su predecesor. El joven Kim ha elevado la diplomacia nuclear que los norcoreanos han dominado durante años a un nuevo nivel. Sin embargo, los peligros provienen de la falta de conocimiento sobre los nuevos líderes más que de lo que realmente puede suceder al final.

La mayor parte de lo que está sucediendo ahora ha sucedido antes en algún grado. EE.UU. y Corea del Sur hacen maniobras conjuntas de vez en cuando de la región. Corea del Norte por lo general responde con dureza a las mismas. Y Corea del Norte por lo general pone a prueba cada nuevo Primer Ministro del Sur cuando éstos acceden a la oficina. Todo eso va de acuerdo con el guión.

Ni siquiera sería la primera vez que hay intercambio de disparos. Tan recientemente como en los últimos tres años, Corea del Norte ha bombardeado una isla surcoreana, que a su vez tomó represalias bombardeando las posiciones del norte de donde salieron los disparos. Los norcoreanos -al parecer- también estarían detrás del hundimiento de una corbeta surcoreana, un acto que no tuvo una respuesta militar del Sur pero que cambió la forma de ver las provocaciones del norte.

Hay, sin embargo, demasiados cambios para poder saber qué va a ocurrir esta vez. Hay nuevos líderes de las dos Coreas y en China. Este último, el único aliado de Corea del Norte, se ha distanciado recientemente de ellos al sancionar el régimen de Kim en las Naciones Unidas por su prueba nuclear del pasado año.

Pero en el aislamiento es donde reside la fuerza de Corea del Norte. La dinastía Kim ha hecho del aislamiento un arma, y ​​es en parte la razón por la que ha sobrevivido durante tanto tiempo. Una sociedad abierta al mundo, como por ejemplo la iraní, no habría sido tan indulgente con las dificultades por las que está atravesando el país a cambio de armas nucleares.

El discurso de amenaza al sur forma parte de esa estrategia. A pesar de la reciente falta de alimentos debido a la hambruna y una mala cosecha, Kim ha sido capaz de mantener a la sociedad de Corea del Norte unida en torno a su liderazgo gracias al grito “que viene el lobo”, escenificado por los surcoreanos y Estados Unidos.

Al llevar un mensaje de miedo constante, Kim se las arregla para mantener la cohesión entre los coreanos del Norte. Esto puede ser ahora más necesario que nunca, si los rumores de un fallido golpe de Estado el pasado 13 de marzo son ciertos.

Kim Jong-un, sin embargo, ha ido un paso más allá con ese discurso de amenaza desde que accedió al cargo. Ha superado a su padre  mediante el lanzamiento con éxito un satélite, la prueba de otro cohete de largo alcance (que esta vez no funcionó) y la reanudación del programa nuclear.

Estos últimos ensayos con éxito (el lanzamiento del satélite y la prueba nuclear) pueden haber alentado al joven Kim a lanzar con impaciencia amenazas que su país no puede cumplir, como atacar la América continental. Los últimos movimientos como cortar las comunicaciones con el sur, prohibir el acceso al parque industrial conjunto de Kaesong y apuntar las baterías de misiles y artillería hacia el sur, indican en esa dirección.

La verdad es que nadie quiere la guerra. La capital de Corea del Sur, Seúl, vería probablemente una lluvia de proyectiles desde el norte y poco se podía hacer para minimizar el impacto. Sólo durante la primera hora del conflicto, 500.000 rondas de artillería podrían llegar a la capital. Según estimaciones conservadoras, el número de muertes sería de al menos 100.000 personas sólo en la ciudad.

Photo AP
Corea del Norte también sabe que sólo tienen 24 horas, tal vez 48, hasta que Estados Unidos borre al régimen del mapa. El uso de armas nucleares tan cerca de su propia población, sería un suicidio para el norte aun sin la intervención estadounidense. Ambas Coreas tendría mucho que perder y poco que ganar.

Jean Lee, el jefe de la oficina de AP Pyongyang y uno de los pocos periodistas occidentales en el país, dijo que incluso en medio de las amenazas más recientes, "Dentro de Pyongyang, gran parte de la retórica militar se siente como teatro."

La vida continúa en la capital norcoreana y "en un signo revelador de que incluso los norcoreanos no esperan guerra, la línea aérea nacional, Air Koryo, está añadiendo vuelos a su línea de primavera y se prepara para acoger las decenas de turistas que esperan," comentaba Lee. Lo que de veras interesa a Pyongyang es sentar a Seúl y Washington a negociar.

El resto de los actores no están más por la labor de ir a la guerra. Japón no quiere volver a ser el blanco de un ataque nuclear y saben que están dentro del alcance de los misiles de Corea del Norte. Los americanos, por su parte, están seguros de que Corea del Norte no puede golpear su territorio. Pero estando en plena retirada de Irak y Afganistán, no tiene sentido involucrarse en lo que podría ser el conflicto más sangriento desde 1945.

Por otro lado, China no está interesada en un conflicto en la zona. Centrada en la economía, una guerra en la región amenazaría el crecimiento del país. La afluencia de refugiados dentro de su frontera nororiental sería un problema añadido. Además, si Corea del Norte es aniquilada, podría significar la presencia de tropas de Estados Unidos en su frontera, mientras que el régimen de Kim es ahora un cortafuegos que sería desventajoso perder.

La historia reciente nos dice que no es probable que la situación actual escale a una guerra abierta. Pero como dice Foreign Policy, "durante medio siglo, ninguna de las partes han creído que los beneficios de iniciar una gran guerra eran mayores que los costes; la preocupación es que el nuevo líder de Corea del Norte no podría sostener a la misma lógica, dada su juventud e inexperiencia". Kim Jong-un no es un loco como algunos lo pintan, pero nuestra mejor apuesta es que tampoco sea un suicida y no sucumba a su inexperiencia.

¿Tienes miedo? Esto funciona así. Primero haces aquello que te infunde temor y es luego cuando te entra el valor.


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