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Tuesday, July 30, 2013

Dr. Obama & Mr. Hyde


Normalmente durante el segundo mandato de los presidentes estadounidenses es donde se revelan las verdaderas ambiciones de éstos. Sin la presión de tener que ganar la reelección al final de su mandato, tienen las manos libres para hacer todas esas políticas impopulares que en su primera ronda habrían resultado suicidas pero que son las que forjan un legado.


Picture: Obama's twitter
En el caso de Obama, era difícil superar los primeros cuatro años con Obamacare y el cierre del capítulo Bin Laden. Todo eso, sin embargo, se ha ido por el retrete. El tema del legado se le ha puesto cuesta arriba con la proliferación de casos que recuerdan a la Guerra Fría. La revelación de secretos que involucran al gobierno estadounidense en pleno ha hecho mella en la imagen estadounidense tanto fuera como –y esto es lo novedoso- dentro del país. Todo esto ha convertido a Obama en una especie de Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

Es destacable ver las distintas opiniones que tenía el Obama candidato y el Obama presidente. Varios debates en la red ilustran cómo ambos Obamas podrían tener perfectamente un debate con posiciones encontradas. Como ejemplo, éste video. También hay otro que pone a Obama a debatir con Biden.


Lo cierto es que el presidente estadounidense ha impulsado leyes para proteger a los que filtran informaciones a la prensa. Pero al mismo tiempo, se ha asegurado de que nadie pueda hacerlo sin ser considerado un traidor con otras leyes. Para hacernos una idea, sería como legalizar el uso de las manos al jugar a fútbol y mismo tiempo prohibir tocar el balón. Y al tiempo que defiende a las filtraciones que trabajan en pos de las libertades de los ciudadanos, elimina de la memoria de su programa electoral las menciones a trabajar en esa línea.

El discurso contradictorio de Obama no es único del caso de filtraciones. En la guerra mundial contra el terrorismo, por ejemplo, Obama ha puesto fecha límite a la intervención militar en Afganistán y ha dado por finalizado el conflicto para acto seguido continuarlo de otras maneras durante 10 o 20 años más –que es como decir que nunca acabará.

Por no hablar de Guantánamo, que sigue ahí. O la política de uso de drones, cuyas operaciones han aumentado exponencialmente desde que Obama está en la Casa Blanca. Incluso se han hecho leyes ad-hoc para legalizar el asesinato selectivo de estadounidenses que pertenezcan a “fuerzas relacionadas” con Al-Qaeda, lo que en la práctica es un cheque en blanco. Cualquiera puede ser relacionado con Al-Qaeda si se indaga lo suficiente.

Pero sin duda los casos de Manning y Snowden son los que parecen haber colmado el vaso. Manning ha estado retenido e incomunicado durante semanas, meses, sin saber su futuro. Hoy por fin se ha sabido: será considerado un chivato, no un traidor. El culebrón todavía no ha terminado. Aun hay otros 20 cargos por los que podría pasar 120 años en prisión.

En el caso de Snowden es más sangrante. El periodista al que filtró la información se enfrenta a voces que piden su imputación y a una campaña de desprestigio. Es toda una declaración de intenciones y un aviso a la prensa en general. De forma efectiva coacciona a futuros periodistas que se encuentren en sus manos con un chivatazo. Ya saben a lo que se atienen. Snowden, por su parte, vive de momento en un aeropuerto y probablemente jamás pueda llevar de nuevo una vida normal.

Pero los ciudadanos estadounidenses tampoco lo harán –ni en el resto del mundo. Gigantes como Microsoft, Apple, Google y Facebook se han visto implicados en un caso que atenta contra algo que los estadounidenses defienden a muerte: la privacidad.

El apoyo que Snowden tiene entre la ciudadanía americana es muchísimo mayor que el que tiene Manning, básicamente porque esta vez son derechos de americanos los que se han vulnerado. PRISM ha hecho mucho más daño a la administración Obama que los supuestos peligros de los que se trataba de proteger.


Obama podrá ser recordado como el presidente que mató a Bin Laden. O el que ganó un premio Nobel de la paz. Quizá como el que creó los mimbres de un sistema de salud igualitario o el que rescató a la industria del automóvil. Pero es puede que al final sea recordado como el tirano que espió, torturó y mató con drones a otros americanos.

Wednesday, July 24, 2013

Un Irak ¿pacificado?


¿Quién dijo que Irak estaba pacificado? Esta semana, una fuga masiva de la famosa cárcel de Abu Ghraib ha liberado más de 500 presos, muchos de ellos de Al Qaeda en Irak. La palabra masiva se queda corta para describir una operación que deja en pañales a otras intentadas por Al Qaeda en Afganistán o Irak.

La confusión del gobierno iraquí ha sido máxima también. Sabían que algo se les venía encima. Todos los años, durante el Ramadán, los ataques terroristas se incrementan. En eso me recuerdan a la forma de actuar de ETA, que solía ejecutar atentados en los fines de semana y periodos vacacionales.

Pero volviendo al tema, decía que el gobierno iraquí sospechaba que algo se estaba preparando. No sabía bien qué pero por si acaso, habían preparado un dispositivo policial especial para hacer frente a cualquier imprevisto.

De poco les ha servido. Según las últimas informaciones disponibles, algunos de los guardas de la propia prisión ayudaron a los presos a escapar. De hecho, se habla de un “trabajo interno” que ha dejado en libertad a muchos de los líderes de Al Qaeda en Irak, incluyendo algunos que fueron arrestados por tropas estadounidenses.

Pero si sólo hubiera sido cosa de una fuga –masiva, pero una fuga a fin de cuentas- la cosa no sería tan preocupante. Lo realmente grave es que la cifra de muertos no deja de aumentar. Mucho para un país que se supone que es estable.

Photo: Channelstv.com
Era mucho pedir que por una vez Irak gozara de un Ramadán tranquilo. En lo que llevamos de julio, 450 personas han muerto en un país que sigue acostumbrado a cifras altas de muertos a nivel diario. El sábado pasado, en un solo día, 80 personas murieron en varios ataques en todo el país.


Para hacerse una idea, en 2011 hubo 4147 muertos relacionados con la violencia terrorista en Irak. En 2012 la cifra subió a 4573. En lo que llevamos de 2013 (sin contar julio), el número de muertos asciende a 3175. Si la progresión sigue, se podrían llegar a los 5000 muertos en este año. Es más, desde 2003, no ha habido ni un solo mes que haya tenido menos de 200 muertos por violencia. Desde 2011, la media es de 450 muertos al mes. Demasiados para un país pacificado.

Sunday, July 14, 2013

Contrabandistas de Oriente Medio




Las fronteras de Oriente Medio y el Sáhara siempre han sido un campo de cultivo excelente para el contrabando. Docenas de veces, al cruzar de un país a otro, he visto cómo cigarrillos, alcohol o incluso papel higiénico era transportado mezclado con el equipaje de los turistas y backpackers.

Los conflictos en la región han hecho esas fronteras aún más porosas. Son muchos los que se están beneficiando de la falta de control en alguno de los lados de la frontera para incrementar el contrabando de todo tipo de bienes, objetos o incluso personas.

En el Sáhara, la creciente influencia de al-Qaeda (notable por usar el narcotráfico para financiarse) ha multiplicado el contrabando en sitios como Argelia o Mali. Gente que antes traficaba tabaco se ha visto atraída por el dinero fácil y ahora transporta cocaína. Llega desde Sudamérica a África a través de la ruta del paralelo 10 (Highway 10) y cruza el desierto con destino a Europa.

Más al este, la historia es parecida. Según un reportaje de AP para Al Jazeera, armas, ayuda humanitaria -incluyendo combustible- y medicinas entran en Siria via Turquía. En la otra dirección van verduras, harina, té, madera de casas destruidas hierro de misiles y cohete e incluso animales vivos como vacas.

La siempre porosa frontera entre Líbano y Siria es más de lo mismo. En el caso de los libaneses, el tradicional contrabando de tabaco ha dado paso a un mucho más mortífero contrabando de armas. La ONU, a través de su secretario general Ban Ki-moon, ya ha expresado su preocupación por que este contrabando acabe con desestabilizar al propio Líbano.

Una de las razones de las dudas americanas a apoyar a los rebeldes es que sus armas puedan acabar en manos islamistas. También hay dudas sobre qué puede pasar con las armas químicas del régimen de Assad.

Túnel en Gaza
El asunto preocupa bastante a Israel, que teme que las armas huérfanas de Assad acaben formando parte de un arsenal al servicio del mayor postor. Hace unas semanas aviones israelíes bombardearon en suelo sirio un supuesto envío de armas a Hezbollah desde el espacio aéreo libanés.

La contrapartida al beneficio de unos pocos por el contrabando es que los precios de los bienes se han disparado para el resto, incluso los de primera necesidad.  Mientras la harina y el combustible sirios cruzan la frontera para sacar beneficio en Turquía, las panaderías de Alepo no pueden fabricar pan.

Lo mismo pasa con otros alimentos como los tomates, que han visto aumentar su precio más del doble desde que empezó la guerra. Asimismo, los pastores tratan de deshacerse de sus rebaños por temor a que un bombardeo acabe con ellos. Esto explica el contrabando de animales vivos, pero también los desorbitados precios de la carne.

Pero si hay una región de Oriente Medio que lleve años perfeccionando el contrabando ésa es la franja de Gaza. Los famosos túneles bajo la frontera con Egipto han proporcionado vida a la población durante los años más duros. Ahora, con el cambio de gobierno en Egipto, siguen usándose pero cada vez menos.

No obstante, The Telegraph especulaba recientemente con la posibilidad de la reactivación de una ruta de contrabando de Irán a Gaza, pasando por Sudán, destinada sobre todo a dotar con armas a Hamas.

No sería la primera vez que los iraníes lo intentan ni, de nuevo, la primera vez que Israel invade espacio aéreo foráneo para evitarlo. Israel ya atacó en varias ocasiones la capital sudanesa y convoyes en su territorio que, según Tel Aviv, iban cargados de armas destinadas a Hezbollah en Líbano o Hamás en Gaza.

Sin embargo, quizá el más sorprendente acto de contrabando de los últimos meses haya sido otro. No tiene que ver con armas, comida o medicinas, sino con un elemento mucho más primario de la naturaleza humana: obtener descendencia.

Para los prisioneros palestinos en cárceles israelíes, tener hijos está fuera de su alcance. Sin derecho a reuniones privadas conyugales, es imposible. Por eso cada vez más recurren a un método ingenioso, el contrabando de esperma

Tuesday, July 09, 2013

Primavera árabe, verano islamista



Con la perspectiva que da el tiempo, muchos occidentales que en un primer momento apoyaron las revoluciones árabes miran ahora con ojos de temor el aparente fruto de esa primavera. Algunos respiraron con tranquilidad al escuchar noticias de un golpe de estado contra Mursi -pese a ser, de todos modos, un golpe de estado.

Todos los países involucrados, desde Marruecos a Siria, han visto aumentar su base islamista. En Siria milicias islamistas como al-Nusra ganan influencia. En Marruecos y en Túnez dos partidos islámicos se hicieron con el poder en las últimas elecciones. Hamas, por su parte, gobierna la franja de Gaza desde hace años. En Egipto hasta el golpe hace dos semanas eran los Hermanos Musulmanes los que gobernaban. 

Dado que no hay ninguna facción de entre las anteriores que haya llegado a una esfera de influencia tras usar la violencia (salvo al-Nusra) es difícil pensar que toda esa gente no estuviera allí desde antes. Simplemente no eran escuchados. Sin embargo, el nuevo panorama les da mayor libertad de actuación.

La mayor parte de los que se lanzaron a las calles de Rabat, Damasco o Cairo eran liberales. Querían más democracia, mayor participación y más reparto de la riqueza. Y pedían soluciones a problemas como el desempleo y ruptura con el antiguo régimen.

Sin embargo, siguiendo un modelo muy familiar, lo que empezó siendo una revuelta liberal se ha convertido en una de corte islamista. Del mismo modo que los palestinos primero abrazaron Fatah para luego lanzarse a los brazos de Hamas, el resto de ciudadanos de las revueltas árabes han recorrido el mismo camino, sólo que acelerado.

Es un patrón conocido. Fatah, al igual que Mubarak, Gadafi, Assad o Ben Ali, representaban al antiguo régimen. Para sus ciudadanos, la bandera del cambio es la de los islamistas.

Esto no debería extrañar ni preocupar a occidente. Se trata de una evolución natural y que no tiene por qué mantenerse. En Egipto, los Hermanos Musulmanes estaban en el poder hasta hace poco, pero cada vez tenían más problemas para solucionar lo que a la gente de veras le interesa. Y una vez despertada, la sociedad egipcia -como las demás- no se ha quedado de brazos cruzados. De ahí el reciente golpe de estado al gobierno de Mursi.

Incluso aunque los islamistas se quedaran en el poder, un gobierno con marcado carácter religioso no es tan extraño. A fin de cuentas, en Estados Unidos acuñan sus monedas con la frase “Confiamos en Dios”, en Inglaterra el Gobierno está supeditado a la cabeza de la Iglesia anglicana y en muchos otros países el presidente del gobierno jura su cargo ante la Biblia.

Es más, también en los países occidentales hay alternancia de poder entre partidos más liberales y seculares y otros más influenciados por la religión. Pero mientras haya libertad para elegir y alternancia en el poder, no debería ser ningún problema.

Otra cosa es la preferencia de cada uno. Los laicos y liberales preferirían sin duda un gobierno a la francesa, sin ataduras religiosas.

Por el camino habrá avances en algunos asuntos, como una mayor apertura democrática y un despertar de la sociedad; y otros que serán pasos hacia atrás. Los casos de Gaza o Irán, donde triunfaron revoluciones islámicas hace tiempo, muestran el camino, con sus luces y sus sombras.

De hecho, si sirve de algo para tranquilizar a los que se preocupan por un futuro islamista, no hay mejor argumento que mirar a la gente que sigue echándose a la calle. Son seculares.

La deriva actual de la sociedad árabe, tras la ola inicial de islamismo -la opción más fácil y visible- es la del secularismo. Ésa va a ser la segunda Primavera Árabe, la que Egipto una vez más, parece encabezar.

Sunday, July 07, 2013

La guerra privada



El mundo se despertaba a finales de abril con las horribles imágenes de un avión civil de carga estrellándose en Afganistán. La enorme bola de fuego daba una imagen de la tragedia.

El avión era un Jumbo, un Boeing 747-400 que sólo llevaba carga a bordo. Ésta carga eran en su mayoría material militar, vehículos y otros suministros. No parece que fuera víctima de ningún ataque y por ahora, la opción más plausible es que se trata de un accidente.

Probablemente la carga se soltara de sus amarres durante el despegue, fuera empujada hacia la cola y alteraría el centro de gravedad del avión. Es sin duda la causa más probable.

Sin embargo este accidente trae a primera fila un problema que normalmente se olvida: las guerras son cada vez más privadas y los estados dependen cada vez más de mercenarios.

A meses escasos de que la OTAN deje Afganistán y con Iraq ya abandonado, hoy en día hay más personal no militar que militares americanos en estos dos países. Estados Unidos se ha acostumbrado a luchar sus guerras a distancia -mediante aviones no tripulados- y subcontratando a otros.

La mayoría de estos contratistas son personal no-combatiente. Son ingenieros, médicos, capataces y toda clase de jefes de proyecto, pertenecientes a empresas occidentales que han ganado concursos de reconstrucción. También hay muchos que son mano de obra local.

Pero luego está la categoría de los mercenarios. Éstos son los que se encargan de la seguridad de las bases o -como en el caso del avión accidentado- del transporte de personal y material a los teatros operacionales.

No es algo nuevo. España vivió en sus propias carnes lo que significa contratar a terceros con el accidente del Yak. Pero la influencia de los contratistas ha aumentado conforme aumentaban los conflictos en los que se ha visto involucrado Estados Unidos.

Hoy en día podemos encontrarnos mercenarios en Iraq o Afganistán, pero también combatiendo la piratería en Somalia, ayudando a los franceses en Mali, asesorando a los rebeldes sirios o manejando la mayor base aérea de Kirguizistán.

Esto ha hecho que los ejércitos modernos, empezando por el estadounidense, dependan en gran parte de los mercenarios. Sin ellos, las operaciones de la OTAN en Afganistán cesarían de inmediato porque no hay ningún país de la coalición, ni siquiera Estados Unidos, que sea capaz de, por ejemplo, mantener la capacidad de carga que operan los distintos subcontratistas.

Las tropas se quedarían sin municiones y sin combustible, pero también tendrían que dejar de patrullar para ponerse a hacer labores como pelar patatas o vigilar las bases. Trabajos que en otro tiempo eran asignados a los soldados y hoy son hechos por mercenarios.

Eso se refleja en su factura. Entre 2008 y 2011, empresas como Blackwater o DynCorp se embolsaron un total de 132 mil millones de dólares, un presupuesto mayor que el de cualquier otra agencia americana en ese mismo periodo. Y hay que tener en cuenta que ésa es sólo la factura de Estados Unidos y además no incluye todos los contratistas. Personal como los de la seguridad de embajadas no está incluido en ese número.

Al tema económico se le une también el problema moral que ocasionan los mercenarios. Son varias las veces que se han visto envueltos en escándalos en Iraq y Afganistán, algunos muy sonados. Pero incluso tras escándalos como los de Blackwater, el ejército de mercenarios no ha hecho sino aumentar. Se trata sin duda de un buen negocio para muchos. ¿Pero a qué precio para los estados?

¿Tienes miedo? Esto funciona así. Primero haces aquello que te infunde temor y es luego cuando te entra el valor.


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