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Monday, February 16, 2009

De acuerdo, comencemos... Ah no, espera.

La luna de miel entre Obama y los estadounidenses acaba de empezar. Las encuestas arrojan unas cifras de popularidad del 63% -comenzó en un 68%. Es una cifra alta. Mucho más que la que alcanzó George W. Bush cuando entró en la Casa Blanca (57%) y definitivamente mucho más que cuando la dejó (24%). Y pese a la ilusión, puede que esto se acabe pronto.

Un par de medidas populares y buenas intenciones mantienen la esperanza del cambio. Pero de momento, eso es todo lo que el equipo de Obama ha podido hacer. La impaciencia -muy americano esto- por ver cumplidas las promesas ha hecho aumentar el índice de descontentos con sus políticas del 12% al 22%. El problema de Obama es que tiene las manos atadas.

En casa, en lugar de la política transparente que pregonaba en campaña, el nuevo presidente se ha encontrado una avalancha de dimisiones forzosas en su equipo por problemas fiscales o ideológicos. Bill Richardson, Tom Daschle, Nancy Killefer y el último -al menos de momento- Judd Gregg, han dejado a Obama con demasiados agujeros en su Gabinete. El nuevo presidente necesita ahora alguien que no se oponga a su política ni tenga problemas con Hacienda. Algo difícil de encontrar en Washington DC. Al menos conservará los contactos de su Blackberry para ayudarle en la búsqueda.

Fuera de casa, el asunto no pinta mejor. La política exterior del nuevo Ejecutivo depende en gran medida de los Ejecutivos de la zona -especialmente los de las “3i”; Irak, Irán e Israel. Obama va a tener que esperar a que se decida quién formará esos Ejecutivos hasta que pueda actuar con eficacia. Mientras tanto, todo serán buenas intenciones y poco más.

En Irak, las recientes elecciones locales se veían como un examen a la política del Primer Ministro Nuri al-Maliki. Al final, el partido de Maliki ha ganado en las ciudades principales. Eso es un uno cero a favor de Obama, ya que garantiza que se vaya a seguir el actual libro de ruta (Fotos de las elecciones iraquíes en el Financial Times)

Lo que más sorprende, no obstante, de las elecciones en Irak es que la noticia principal fue que no hubo noticias violentas. ¿Acaso Irak se ha pacificado con la sola presencia del chico negro en la Casa Blanca? Bueno, no tan deprisa. Dicho y hecho.

Por su parte, en Israel, la violencia sí que jugó un papel destacado en las elecciones. Kadima, el partido de Tzipi Livni, consiguió remontar una ventaja aparentemente insalvable tras la ofensiva en Gaza. El resultado ha sido un empate técnico entre los dos principales partidos (Kadima, 28%; Likud, 27%) que hace todo más complejo aun. Livni ha ofrecido a Benjamín Netanyahu, líder del Likud, un Gobierno de unidad. Pero lo más probable es que el líder derechista prefiera formar Gobierno con los asientos en la Knesset del resto de partidos de derecha. El ultraderechista Avigsor Lieberman, líder de Yisrael Beiteinu, parece tener la llave.

Uno podría pensar que estos resultados no han sido bien recibidos en los territorios Palestinos, pero de hecho, varios intelectuales árabes -y la izquierda israelí, que ha sufrido un tremendo varapalo- están pidiendo que se deje gobernar a Netanyahu. La razón es muy maquiavélica: dejar que Israel se quite la careta y que todo el mundo vea su verdadera cara.

Otro pilar de las relaciones internacionales para Washington, Irán, acogerá elecciones presidenciales este verano. En Junio, el actual presidente Mahmoud Ahmadinejad (conservador) se medirá al antiguo presidente Mohammad Khatami (moderado) y al reformista Mehdi Karoubi (que apuesta por dialogar de tú a tú con Washington) en lo que se ve más como un referéndum de aprobación de las políticas actuales. De esos resultados depende en gran parte el futuro de la estabilidad de la región.

Finalmente, Afganistán también acogerá elecciones, pero éstas han sido retrasadas hasta el final de Agosto por el aumento de la violencia. Hasta entonces Obama tiene tiempo de sobra para discutir con sus socios europeos sobre cómo y cuándo enviar mass tropas a Asia central. Y también en casa. Y tiempo de sobra para perder más armas. Y también en casa. Y tiempo de sobra para meterse en más líos con sus promesas electorales. Y adivinad qué, también en casa.

Pero hasta entonces, como hemos dicho antes, Obama no puede hacer mucho más. Sólo esperar que su próximo nombramiento no renuncie al día siguiente.

Por cierto, no me he olvidado de los problemas con Rusia. Es sólo que allí están estos días más ocupados en otro tipo de elecciones. Muy interesantes también.

PS. Resultados del World Press Photo 2009 y la foto ganadora, de Anthony Suau.

2 comments:

SERGI- said...

Obama va a tener un hueso duro con el gobierno de Israel porque si como parece los ganadores tendrán que formar coalicion con Lieberman, lo de este inicio de año puede ser la tónica habitual en la política de Israel frente a los territorios ocupados... Y flaco favor le hará a la estabilidad ya maltrecha de la zona...

Hay algunas de las fotos del Photopress que son impresionantes, pero lo que me ha dejado tonto es lo de "Miss Nuclear"... xDD

Anonymous said...

xDDD

Esas fotos si que son impresionantes, verdad? xD


¿Tienes miedo? Esto funciona así. Primero haces aquello que te infunde temor y es luego cuando te entra el valor.


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