Puede que no sea la primera vez que un Presidente estadounidense le dice al israelí que tiene que parar la expansión de los asentamientos. Pero esta vez iba dicho en serio. Y además, por si quedaban dudas, lo ratificaba la jefa de la diplomacia americana.
Por si fuera poco, los americanos no sólo se metían en los asuntos de los palestinos sino que también mencionaban Irán. Parece mentira que Obama consiguiera calmar a Netanyahu sólo con decir que tenia “un plan para Irán”. El líder hebreo también tiene un plan para Irán. Pero fue claramente incapaz de aguantar su argumentación frente a Obama. Aunque claro, es difícil hacerlo cuando tu plan se basa en predicciones bíblicas y supersticiones religiosas. Amalek es una amenaza mucho más difusa que una bomba nuclear.
El pobre Bibi debió quedarse perplejo. También la prensa judía. Ver al presidente de Estados Unidos dando órdenes al israelí no es a lo que están acostumbrados en Tierra Santa. De hecho, el predecesor de Netanyahu bien se jactaba de que la situación fuera al revés con el predecesor de Obama. Por eso esta vez los árabes han acogido estupendamente a Obama.
Y por eso les ha costado reaccionar a los hebreos. Pero cuando lo han hecho, lo han hecho al viejo estilo. Las escavadoras siguen siendo las reinas en Cisjordania, con nuevos asentamientos previstos, las ciudades palestinas permanecen en estado de sitio y los asentamientos continúan su expansión.
El devolver la tierra a los palestinos prácticamente está fuera de la mesa de negociación con el nuevo gobierno, pero en cualquier caso, de hacerlo, devolverían sólo la tierra -pero no el agua del subsuelo. Actualmente, el 5% del agua de los acuíferos subterráneos es utilizada por los palestinos; el resto, por los israelíes.
Y en el tema de Irán, tampoco hay variaciones. No al menos a mejor. Esta semana todo el país ha participado en un simulacro de
Al igual que los simulacros de terremotos en Japón, estos ejercicios preparan a la población para afrontar un peligro posible. Pero en Israel ejercen otra función más: la propaganda. Cada simulacro o cada parte del muro levantada es un perfecto elemento de la cultura del miedo -miedo al palestino o al árabe- que al final acaban dando como resultado leyes como la de “lealtad al estado judío” -afortunadamente no aprobada-, que divide al país en ciudadanos de primera (los judíos) y de segunda categoría (el resto, pero principalmente los árabe-israelíes).
Al menos, la negativa rotunda de Estados Unidos a atacar a los persas, pone a Israel en la disyuntiva de tener que evitar espacio aéreo controlado por los estadounidenses si quieren bombardear Irán, reduciendo a una las opciones que ya apuntamos en Worldwide hace unos meses.
Y por supuesto, también ha vuelto el lobby israelí. Si esta vez logran tener mejores resultados que antes de la cita con Obama, tal vez Netanyahu no deba perder los nervios de nuevo con aquello de "what the hell do they want from me?" (¿qué cojones quieren de mí?)
Bueno, lo que quieren está claro. Otra cosa es que Bibi y sus socios de gobierno no quieran escuchar. Pero no debería ser recomendable -para Israel- andar jugando con fuego con Obama. Cuidado, tal vez este presidente no sea como los anteriores.
Photo: AP
UPDATE: Obama en su gira por la zona, hoy en El Cairo: "Estados Unidos no va a dar la espalda a los palestinos".
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