El año pasado se batió un nuevo
record en cuanto a desplazados internos por la violencia. En total, 28,8
millones de personas han tenido que dejar sus hogares en todo el mundo
escapando de conflictos armados. Siria y Congo encabezan la lista.
La situación de los desplazados internos es aun peor que la de los
refugiados. Para empezar, su número dobla al de los refugiados. A unos y otros
les diferencia además el hecho de que los refugiados abandonan su país de
origen mientras que los desplazados se quedan en éste.
Sin embargo, esto hace que los desplazados tengan muchos más problemas
que los refugiados. Para empezar, su situación es más precaria. Si se trata de
una guerra civil, como por ejemplo en Siria, corren el peligro de verse
atrapados por el mismo horror del que huyen y volver a vivir el infierno de
tener que escapar de nuevo.
Además, los refugiados gozan de cierta protección internacional de la
que los desplazados carecen.
De los casi 29 millones
de desplazados internos, una quinta parte (6.5 millones) corresponden a nuevos
desplazados. El resto ya lo estaban desde antes de 2012.
Siria se lleva la peor parte en términos de nuevos desplazados. De un
total de más de 3 millones de desplazados, dos millones y medio de personas son
nuevos de 2012.
Photo US Navy |
El dato da una nueva dimensión a las palabras de Antonio Guterres, Alto
Comisionado de la ONU para los refugiados, que ha descrito el conflicto sirio
como la mayor
catástrofe humanitaria desde el final de la Guerra Fría.
En cuanto a números totales, Colombia es el país con mayor número de
desplazados internos, seguido de la mencionada Siria y la República Democrática
del Congo.
De hecho, la región Sub-Sahariana, con más de 10 millones de
desplazados, es el área del mundo más castigada. Sólo en noviembre de 2012, más
de 140.000 personas abandonaron la ciudad congoleña de Goma tras el ataque
de los rebeldes del grupo M23.
No es de extrañar por tanto que África sea pionera tratando de
solucionar el problema de los desplazados. En diciembre del año pasado, 37 de
los 53 países que forman la Unión Africana firmaron -aunque no todos han
ratificado- la Convención
de Kampala.
El documento recoge varios derechos básicos de los desplazados internos
e insta a los gobiernos a trabajar para devolverlos a sus hogares o reunificar
familias divididas por conflictos entre otras cosas.
Aun queda mucho por hacer, no obstante, como demuestra el drama de los
desplazados y refugiados de Sudán
del sur. Tras sobrevivir al horror de la guerra, cuando han intentado
volver a sus casas se han encontrado viviendo en unas condiciones aun peores de
las que tenían en los campos de acogida.
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