Miles de kilómetros los separan. No comparten el idioma, la
cultura, la religión o un pasado colonial común. Pero a pesar de ello, Brasil y
Turquía están revolviéndose a la vez. Ambos movimientos ciudadanos toman
prestados inspiración y trasfondo de movimientos como el 15M y la Primavera
Árabe y han florecido y están cobrando impulso desde Río hasta Estambul. ¿Qué
los diferencia y que los une?
Diferencias
De dónde vienen y a
dónde van
Brasil y Turquía no han estado nunca en el centro de
atención global. Siempre han sido importantes potencias regionales, pero
carecían del apoyo de un actor mundial importante como la Unión Europea. Sin
embargo, en los últimos diez años ambos países han adquirido relevancia y poder
económico propio y ahora puede luchar de igual a igual con la UE (Turquía) o
incluso en un escenario global (Brasil).
Ahora bien, mientras que Brasil es mucho más independiente
para actuar, Turquía debe mirar con lupa sus acciones si quiere ingresar en la
UE. La violenta reacción contra las protestas no ha mejorado el prospecto de
adhesión para los turcos.
La chispa que
encendió la llama
En Brasil siempre ha sido sobre el dinero. Todo comenzó con
un alza de 10 centavos en los precios del transporte público. Pero la protesta
pronto creció para englobar a la frustración generalizada por toda una serie de
cuestiones económicas, desde los altos impuestos a los gastos derrochadores de
dos eventos deportivos (Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016).
Algo tiene que ir tremendamente mal para que los brasileños protesten por el
fútbol.
Gas lacrimógeno; made in Brasil, usado en Turquía |
En Turquía siempre ha sido acerca de la defensa de la
laicidad. Puede que la chispa de los disturbios fuese la propuesta de arrancar
algunos árboles para reconstruir el área en un centro comercial -o una
mezquita. Pero en lo profundo de las demandas de los manifestantes está el
temor a una islamización del gobierno de Erdogan. Las recientes leyes aprobadas
con restricciones a la venta y la publicidad de alcohol y un intento de limitar
el acceso de las mujeres al aborto son raíces más profundas en las protestas
que las propias raíces de los árboles en Taksim.
Los dirigentes de los
países
El Primer Ministro turco Recep Tayyip Erdogan se ha
convertido en el blanco de las iras de los manifestantes. Le culpan a él y a su
partido culpan de sus políticas islamizantes. La respuesta de Erdogan ha sido
una represión más fuerte contra los manifestantes. Se ha convertido en una
lucha muy pública: Erdogan y su partido contra un gran número de otros grupos
que incluyen ecologistas, partidarios de los derechos LGBT o independentistas
kurdos, entre otros.
Por otra parte, Dilma Rousseff, una ex guerrillera de
izquierdas que fue encarcelada y torturada durante la dictadura de 1964 a 1985
en Brasil, elogió las protestas por plantear preguntas y contribuir al
fortalecimiento de la democracia en Brasil. A diferencia del líder turco,
Rousseff sigue siendo popular entre muchos de los manifestantes.
Epicentro vs
dispersión.
Turquía tiene una clara centralita de su descontento: plaza
Taksim. En Brasil, está un poco más distribuido. Sao Paulo y Río han llevado a
cabo manifestaciones multitudinarias que viajaron a través de la ciudad. En el
caso de Turquía, ha sido una lucha -literalmente hablando- por el control de la
plaza de Taksim en Estambul, el símbolo de la protesta y donde todo comenzó.
Similitudes
Las protestas
comenzaron fuera de la capital
Todas las revoluciones anteriores se formaron en las
capitales del país. Teherán, El Cairo, Atenas, Madrid... Tanto Brasil y Turquía
tienen capitales administrativas que no son la principal ciudad del país. Y
para ambos, no fue en las capitales, sino en aquellas otras principales
ciudades donde comenzó todo. Río de Janeiro y Sao Paulo en Brasil y Estambul en
Turquía han sido desde el principio las cabezas de playa para sus revoluciones.
Una creciente clase
media...
Las economías de rápido crecimiento en Brasil y Turquía han
creado una nueva clase media que antes era muy pequeña. Esta nueva clase media
está mejor educada, mejor informada y es más ambiciosa. El problema es que las esferas
altas de las sociedades turca y brasileña han ganado mucho más poder
adquisitivo que las clases medias, ampliando así la brecha. Esto es lo
contrario al caso de España y Grecia, donde nadie ha ganado poder adquisitivo (aquí
se trata de un caso donde unos -la clase media- han perdido más que otros -las
clases altas).
...pero también
creciente desigualdad
A pesar del crecimiento económico, el índice de Gini se ha hecho más grande para los dos. Esto demuestra
la creciente desigualdad a la que la población de Turquía y Brasil se
enfrentan. La brecha entre los que más tienen y los que menos tienen es cada
vez más amplia, y la escala se extiende tanto que el espacio para la clase
media está en peligro.
La represión policial
contra manifestantes
Ambos disturbios se han encontrado con duras medidas policiales
por igual. Porras, cañones de agua, balas de goma y gases -lacrimógenos y
espray de pimienta- han sido utilizados por los gobiernos para reprimir las
manifestaciones. En un episodio de retorcida ironía, los manifestantes turcos descubrieron
que los botes de gas lacrimógeno utilizados por la policía turca se
hicieron en Brasil.
Ambas fuerzas policiales han sido también fuertemente
criticadas por el uso excesivo de la fuerza. En Turquía, el sindicato de la
policía dijo que al menos seis policías habían cometido suicidio debido a la
tensión a la que estaban siendo sometidos. En Brasil, el video
de un policía que se niega a reprimir a los manifestantes y es despedido en el
acto por su superior se ha convertido en un hit de YouTube.
No comments:
Post a Comment