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Sunday, May 26, 2013

La temeridad israelí




Dos ataques israelíes en Siria en menos de 48 horas supusieron la entrada, al menos extraoficialmente, de occidente en el conflicto. Las incursiones israelíes no han hecho más que complicar un conflicto ya de por sí muy enrevesado. Y como todo con el estado judío, las consecuencias de sus acciones van más allá de sus fronteras.

Los ataques se produjeron desde fuera del espacio aéreo sirio. Según Reuters y AP, aviones israelíes entraron en Líbano y desde dentro de territorio libanés soltaron su armamento.

Este hecho pone en evidencia la impunidad de Israel en la región. No es la primera vez que ataca blancos alejados de sus fronteras invadiendo espacio aéreo foráneo, ni la primera vez que lo hace con Siria. Ni siquiera es la primera vez que Siria es el blanco desde que se inició la sangrienta guerra civil.

Tanto Turquía como la Liga Árabe han condenado enérgicamente el ataque, pero poco más. Por su parte, la capacidad de reacción de Hezbollah y Siria ha quedado en entredicho. Una vez más.

Desde Tel Aviv mientras tanto ni se confirma ni se desmiente la noticia. Toda la información aparecida en la prensa habla a través de fuentes anónimas, informantes sin rostro y oficiales sin identificar. La postura oficial es negar el ataque e insistir que no hay interés alguno en entrar en el conflicto sirio.

Esa última parte quizás sea real. Assad, aunque sea un vecino incómodo, no ha sido beligerante en exceso. Sin duda, el gobierno de Bashar al-Assad es mejor que algunas de las alternativas entre los rebeldes, como los islamistas de al-Nusra, vinculados con al-Qaeda.

Nadie en Tel Aviv quiere otro gobierno islamista en la región tras la experiencia con Egipto. Sin embargo, Siria con Assad es un peligro controlable y controlado. A lo máximo que se ha limitado el gobierno sirio ha sido a ejercer de intermediario entre Irán y Hezbollah. Y esto es lo que probablemente haya propiciado estos ataques.

De hecho, la mayoría de analistas coincide en afirmar que este ataque es más contra Irán y Hezbollah que contra Siria. Los objetivos de las bombas habrían sido, según las fuentes anónimas, envíos de misiles iraníes Fateh-110 a la milicia libanesa.

Las líneas rojas de Israel en este caso son diferentes a las de Obama. Estados Unidos no quiere verse envuelto en Siria y pone como límite el uso de armas químicas; pero no especifica cómo ni en qué cantidad.

Para Israel la línea roja es el trasvase de material bélico avanzado a Hezbollah, y no le importa meterse en Siria como lleva haciendo durante años. En Wired Noah Shachtman especula con que el peligro venga no del tipo de misiles en poder de la milicia libanesa, sino de su número.

Actualmente Israel es capaz de defenderse de los cohetes en posesión de Hamas con su sistema antimisiles Iron Dome. Para los Fateh-110 dispone de otro sistema, el Arrow-2, pero a diferencia del Iron Dome su eficacia no ha sido probada en combate.

A ello se suma el hecho de que estos sistemas no son infalibles y su cometido es más minimizar los impactos que anularlos por completo, algo completamente fuera de su alcance.

Si Israel permite a Hezbollah armarse con cantidades considerables del Fateh-110 (que además puede llevar armas químicas), las posibilidades de interceptación disminuyen aún más. Y basta con que uno solo de los misiles impacte en un núcleo urbano israelí para desestabilizar la región.

Foto: IAF
Ésa puede ser la razón principal de Israel para meterse en el conflicto. Sin embargo, es una razón tremendamente egoísta ya que sus acciones conllevan consecuencias para mucha más gente que el estado judío.

Para empezar, ha dado la excusa perfecta al régimen de Assad para demonizar a los rebeldes. Según un portavoz del régimen, los rebeldes son “aliados de Israel” y el ataque se hizo de forma coordinada.

A ello le ha ayudado la ONU, de forma involuntaria, al afirmar por boca de Carla del Ponte que los ataques químicos detectados podrían en realidad haber sido obra de milicias rebeldes. Aunque la ONU después anunció en otro comunicado que no hay aún conclusiones definitivas, el daño estaba hecho.

Por su parte, con estos ataques Israel empuja a occidente a una guerra que no quiere. Según Robert Fisk, si no hay una condena a los bombardeos significa el de facto apoyo estadounidense y europeo a las acciones de Israel.

Obviamente Washington no va a condenar los ataques. De hecho Obama ya ha dicho que Israel tiene derecho a defenderse, sin matizar más. Seguramente su gobierno esté molesto por que Netanyahu no avisara del ataque, pero eso no va a cambiar su postura oficial.

El ataque israelí también ha polarizado la opinión pública árabe. Salvo en Jordania, ningún otro país de la zona desea que se mande ayuda en forma de armas y material militar a los rebeldes. Menos aun que haya una intervención occidental en Siria.

Por otra parte, la reciente visita del Primer Ministro israelí a China ha sido la excusa perfecta para que el gigante asiático comience a ensayar su papel de superpoder mundial. Mientras tanto, los dos antiguos superpoderes –Estados Unidos y Rusia- siguen sin ponerse de acuerdo.

Sunday, May 12, 2013

El precio de una camisa


La reciente tragedia vivida en Bangladesh, donde un edificio derrumbado ha dejado 1000 muertes detrás, ha puesto de relieve que nuestra ropa barata es a costa de derechos humanos.

Varias factorías y miles de personas trabajaban en un edificio construido sin las suficientes medidas de seguridad y pobremente conservado. Las condiciones de los trabajadores eran extremadamente precarias.

Todo ello habría sido pasado por alto si el Rana Plaza no se hubiera derrumbado. Pero la magnitud de la tragedia (1000 muertos y aumentando) y las multitudinarias manifestaciones del 1 de Mayo en Bangladesh, han hecho imposible ignorar el hecho por más tiempo.

Grandes nombres como Zara, H&M, Benetton o Wal Mart se han visto involucrados. Al igual que pasaba con Apple y sus factorías en China, los gigantes de la moda subcontratan a otras empresas para que les hagan las prendas que luego venden.

Es uno de los efectos de la globalización. Hoy en día, resulta más barato mandar materia prima y productos finalizados a dar la vuelta al mundo varias veces que fabricarlos en los propios países desarrollados.

La competencia además es feroz. Antes era China la receptora de estos contratos. Pero desde que el nivel de vida de los chinos ha aumentado, sus demandas salariales han subido acorde con ello. Los salarios chinos crecen en torno a un 10% anual y ese incremento significa menores márgenes de beneficio para los gigantes textiles.

Ahí es donde, desde primeros de la crisis, han entrado con fuerza países como Bangladesh. Sin muchas trabas legales y con salarios de en torno a un dólar al día, son un destino mucho más apetecible para las grandes empresas.

La forma de hacer las cosas, sin embargo, no cambia. Se contratan a subcontratas. A veces, incluso éstas contratan a más subcontratas. De hecho New Wave Style, una de las empresas involucradas en el Rana Plaza, consiguió su primer gran contrato cuando una subcontrata de la canadiense Loblaws no pudo hacer frente a un pedido y recurrió a ellos. A partir de ahí, todo fue creciendo hasta el desastre.

La cadena de contratas y subcontratas es oscura. Y cuanto más se desciende en la cadena, menos control hay sobre lo que ocurre. Empresas como Primark afirman que controlan a quienes contratan. Pero resulta imposible estar al tanto de todo el proceso cuando éste es tan complejo.

Las condiciones de los trabajadores son extremadamente precarias. Las horas extras son habituales para poder cumplir con los plazos, pero raramente se pagan. Por su parte, los lugares de trabajo suelen estar pobremente acondicionados. Mucho calor, poca ventilación y edificios sin las suficientes medidas de seguridad.

Los sindicatos ya trataron de mejorar esas condiciones. Propusieron un plan de seguridad global, fuera del control del círculo de corrupción formado por gobierno y empresarios. El problema es que era muy costoso y complejo de llevar a cabo. Las grandes marcas lo rechazaron.

No es la primera vez que un desastre golpea a la industria. De hecho los gigantes de la moda tienen un largo historial lleno de manchas. Desde el uso de niños como trabajadores por parte de marcas deportivas hasta el reciente incendio (también en Bangladesh) de otra factoría.

Los gabinetes de crisis de marcas como Primark o Loblaws han sido rápidos y han anunciado que compensarán a las víctimas de la tragedia. Otros como Benetton han reaccionado más lento. Incluso la UE se le ha adelantado.

Zara por su parte, ha incrementado su presencia positiva en varios medios de comunicación, con historias que ilustran, por ejemplo, cómo da trabajo a jóvenes en España. Alguien que fuera mal pensado creería que son reportajes pagados. Cuanto menos, la idoneidad de su publicación es discutible ahora mismo.

La tónica general de la industria ha sido una ofensiva de relaciones públicas. Las grandes marcas saben que su batalla principal se libra en las calles de París, Londres o Nueva York, con la opinión pública en casa. A fin de cuentas, la culpa en parte también es de ellos por querer ropa barata. Ellos son los que compran y a ellos es a quienes tienen que convencer para enterrar todo este asunto.

Los gobiernos y trabajadores en Bangladesh sin embargo tienen miedo de matar la gallina de los huevos de oro. Los salarios de los trabajadores de estas fábricas, pese a ser extremadamente bajos, son en ocasiones los mejores a los que se puede acceder en estos países.

Por su parte, las remesas de exportaciones proporcionan una generosa fuente de ingresos a los gobiernos. Tanto es así que el propio gobierno de Bangladesh ha pedido a la UE que no imponga sanciones a su país. Temen que les pase como a China y la producción se vaya a algún otro país de la zona, como el ahora más abierto Birmania o Laos

Sin embargo, en Bangladesh probablemente harían mejor en mirar hacia Vietnam. En el país comunista han demostrado que se puede tener la confianza de las marcas y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores.


Wednesday, May 08, 2013

¿Por qué la derecha vuelve a mandar en Islandia?


Se ha hablado mucho en los medios sobre el triunfo de la derecha en los comicios islandeses. Sin embargo, aunque lo cierto es que la coalición de izquierdas ha sufrido una debacle, hay muchos más matices.

Para empezar, al igual que en Italia, Grecia y España, muchos partidos pequeños han ganado en votos. Algunos se han quedado a las puertas de la representación parlamentaria. Otros, como el partido pirata, entran con fuerza.

En total, del pastel que antes se repartían dos o tres fuerzas, ahora un 25% de los votos han sido acogidos por partidos minoritarios. No obstante, la mitad de éstos se han perdido por no haber alcanzado el mínimo para representación parlamentaria que ha ido a otros partidos.

La fragmentación ha perjudicado a la izquierda. Pero también se han visto castigados por las políticas emprendidas.

Pese a ser puestos como ejemplo por la izquierda en países como España, Irlanda o Italia, lo cierto es que la coalición derrotada no ha hecho una política muy diferente de la llevada a cabo en la UE.

Recortes, control del déficit y austeridad han sido la tónica. A ello se suma la afrenta que supone haber tenido que acudir a la UE a por ayuda. El principal vencedor de estas elecciones, el partido ultranacionalista Progressive Party, ha hecho caja con el fantasma de la pérdida de autonomía.

Por su parte, en contra de la idea general fuera de Islandia de que allí se ha perseguido a los banqueros, poco es lo que de veras se ha hecho al respecto. De hecho, Alemania tiene abiertos más juicios contra banqueros que la propia Islandia.

La revolución popular islandesa, admirada fuera, tenía a muchos desilusionados dentro. La caída del nivel de vida, en parte debida a la devaluación de la Krona, era de al menos un 30%. A eso hay que sumar una alta inflación (un incremento del 75% desde 2005) y la ruina del mercado inmobiliario.

Pese a que las casas valían ahora entre un 30 y un 40% menos, muchas hipotecas fueron firmadas en euros. Eso hacía que a la pérdida de valor de la casa, se sumara la pérdida de valor de la Krona frente al euro; doblando las deudas de los propietarios.

El gobierno de coalición eliminó cualquier deuda hipotecaria por encima del 110%, pero eso aun dejaba a mucha gente en la ruina. Sin poder pagar sus casas y con los precios por las nubes, la situación era complicada.

Una de las promesas del Progressive Party en estas elecciones ha sido el eliminar un 20% de la deuda de las familias. A tenor de los resultados, la estrategia funcionó. No han ganado, y no es probable que la lleven adelante, pero les ha hecho aumentar en votos y escaños.

Al final, lo que ha hecho decantarse a la gente por castigar a la izquierda ha sido sobre todo el desencanto. Muchos pensaban que un gobierno de izquierdas acabaría con las políticas de austeridad, encarcelaría a los banqueros y se mantendría independiente.

La realidad es que pese a sus intenciones, al final la coalición de izquierdas no supo o pudo mantenerse fiel a sus ideales. El desencanto entre sus votantes hizo que muchos se quedaran en casa y no votaran.

Eso junto a las razones expuestas arriba, explica la debacle de la revolución soñada por muchos en Europa. Una revolución que tenía los pies de barro y que sólo era fachada.

Thursday, May 02, 2013

Conspiraciones en Boston



Tarde o temprano siempre pasa. Después de cualquier tragedia -o hazaña- creada por el hombre hay siempre un grupo de gente que salta a hablar de conspiraciones. Pasó y pasa lo mismo con el 11-S que con el aterrizaje en la Luna. El caso del atentado de Boston no iba a ser menos y en la era de Internet, apenas una semana más tarde ya las hay de todo tipo.

Personalmente, soy muy escéptico de los escépticos. Para otros, es más fácil ver conspiraciones.

Una página web ha recopilado varias pruebas que, según el autor, demuestran que todo lo ocurrido en Boston fue orquestado. Hay algunas que se basan en parecidos físicos, como la que argumenta que Jeff Bauman es en realidad un veterano de Iraq doble amputado llamado Nick Vogt. Sin embargo, más allá de cierta semejanza física, son dos personas claramente diferentes.

Otras dicen que el mayor de los hermanos chechenos estaba vivo al ser arrestado. Como prueba, muestran un vídeo colgado online en el que dicen que la persona desnuda que se ve escoltada por la policía es el mayor de los Tsarnaev.

Esto sin embargo choca con los testimonios de decenas de vecinos. Además de algo muy obvio: Tamerlan Tsarnaev tenía pelo en el pecho (se ve tanto en fotos antiguas como en las post-mortem distribuidas por la policía), mientras que el individuo del vídeo está depilado.

Otras teorías apuntan a que una empresa de seguridad privada (Craft International) es la que plantó las mochilas-bomba. Hay incluso quienes afirman que los tres mismos individuos de esa empresa que estaban en Boston también estaban en Sandy Hook después del tiroteo que acabó con la vida de varios niños y adultos en una escuela de la localidad.

Si así fuera, esos tres hombres estarían haciendo muchas horas extras. Resulta poco creíble que una empresa de seguridad tenga a sólo tres hombres encargados de hacer el trabajo sucio de las conspiraciones.

Por otra parte, no resulta tan difícil de creer que simplemente y como en el caso de Bauman-Vogt sea sólo un parecido físico. Como tampoco es difícil de creer que en la cuna del capitalismo se subcontrate a empresas externas para hacer el trabajo de la policía y encargarse de parte de la seguridad de un evento público.

Otra cosa bien diferente es pensar que haya empresas de seguridad privada que quieran hacer caja con la desgracia ajena. Eso no es una conspiración, es real como la vida misma. Buitres hay en todas partes, pero que se aprovechen de los desastres no significa que quieran o tengan la capacidad de provocarlos.

Hay muchas más teorías. Como la de un ciudadano saudí involucrado en el atentado que resultó herido y que habló con Michelle Obama en el hospital. Los conspiracionistas olvidan mencionar que la Primera Dama también visitó a mucha más gente en ese mismo hospital como parte de una visita del Presidente y ella a los heridos en el atentado. Porque parece ser que eso también es extraño.

Pero incluso si aceptamos por un momento que alguna de las teorías planteadas sea plausible, hacer esto por el simple hecho de hacerlo no tendría ningún sentido. La pregunta a hacernos no es quién, sino para qué. El motivo detrás de las acciones es lo que más información nos da sobre un hecho en sí.

¿Quién sale ganando? El gobierno de Obama no, desde luego. No han sido unos locos de las armas, con lo cual no les sirve para impulsar legislación para el control de armas como quiere hacer el Gobierno estadounidense.

Tampoco ha sido un país enemigo por muy musulmanes que sean los chechenos. Es más, Rusia -quien sí tiene enemistad con los chechenos- ha pedido varias veces a Estados Unidos que deje de meterse en “asuntos internos” de Rusia por criticar la dureza de Putin con Chechenia.

No tiene sentido dar la razón a Rusia demostrando que los chechenos son terroristas, ni tampoco es viable una invasión en Chechenia (territorio ruso).

Al final, muchos de estos conspiracionistas, y muchos de los que saltan al carro con ellos, son los mismos que cometen graves errores de bulto en otros asuntos. Desde usar el atentado para defender sus causas personales (como los defensores de la posesión de armas de fuego o de la tortura a detenidos) hasta pedir la invasión de la República Checa (algo que obligó al embajador checo a emitir un comunicado informando de que Chechenia y la República Checa son dos entidades diferentes y separadas geográficamente).

El pequeño de los hermanos, ahora que ha empezado a hablar -aunque sea por escrito- seguro que aclarará más cosas.

Mientras tanto, me descubro el sombrero -de papel de aluminio- ante la imaginación despertada por muchos conspiracionistas. Pero al final, en estos casos lo mejor es aplicar la navaja de Occam: la solución correcta es la más simple. En este caso probablemente es que los hermanos Tsarnaev eran lobos solitarios.

Una posibilidad, por cierto, que debería dar aun más miedo. A un grupo más o menos organizado, aunque sea a base de células operativas, se le controla más fácilmente. Si hablamos de lobos solitarios que pueden actuar independientemente y en cualquier momento, estamos hablando de una evolución similar a lo que en su día significó el cambio de ejércitos regulares a las guerras de guerrilla. Y ya sabemos lo que les pasó a los franceses en España o a los americanos en Iraq y Afganistán.

¿Tienes miedo? Esto funciona así. Primero haces aquello que te infunde temor y es luego cuando te entra el valor.


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