Obama empieza a ejercer como político

Era cuestión de tiempo. A fin de cuentas, Obama es un político. Las decepciones, iban a llegar tarde o temprano. Pero quizás esta última, la relativa a las torturas, es si cabe más significativa.

Primero está la negativa a difundir las fotos de torturas a detenidos. Tal vez después de verlas le ha revuelto el estomago y ha decidido dar marcha atrás. Las excusas esgrimidas son las mismas que ya abanderó la administración anterior, argumentando que sacar a la luz esas imágenes podría perjudicar la labor de las fuerzas americanas en el extranjero. Obviamente esto es muy del agrado de Cheney. Sí, sí; Cheney aprueba una decisión de Obama. ¿Preocupante?

Bueno, no tanto como la segunda parte del caso de las torturas. Barack Obama ha decidido mantener las comisiones militares para juzgar a los presos de Guantánamo. La prisión cubana está siendo un quebradero de cabeza para el presidente estadounidense. Primero, estaba el problema de qué hacer con los presos que no caben en territorio americano. Ahora, esto.

La decisión actual tiene más que ver con el hecho de que, de garantizarles a los presos juicios en tribunales civiles, tendrían que desfilar una serie de agentes de la CIA, el FBI y otros tipos muy preocupados por su privacidad. Obviamente, no es plan de identificar públicamente a tus espías. Lo de denunciar a los cuatro vientos el uso del waterboarding sobre los detenidos cae a segundo plano cuando entra en juego la seguridad nacional. Igualmente cae la confianza de sus adoradores seguidores.

Todo esto viene a rebufo de la decisión en semanas pasadas de no perseguir a los culpables de las torturas. Obama se ha limitado sólo a regañarles y decirles en plan paternal que eso está mal.

Otro jarro de agua fría (no waterboarding, no obstante) sobre las esperanzas que traía Obama ha venido de la negativa del nuevo gobierno a intervenir en el caso de un oficial del ejército expulsado del cuerpo por ser gay. No concuerda con las promesas de Obama de no dejar pasar una en temas de discriminación sexual.

También esta semana se ha sabido que el ejército estadounidense ha expulsado a más de una veintena de reclutas en lo que va de año por su condición de homosexual; uno de ellos era un oficial de West Point, traductor de árabe, un personal altamente demandado ahora mismo.

Déjenme que ponga en claro algo: el waterboarding y la tortura puede que hagan hablar a los terroristas. Pero no les van a hacer hablar en inglés. Y sin embargo, al tipo que podría solucionarte el asunto traduciendo todo eso, lo despides por... ¿ser maricón? Jon Stewart explica las razones mejor aquí.

La balanza empieza a inclinarse del lado de las promesas incumplidas peligrosamente. Y las que no han sido incumplidas, se han hecho sólo a medias. Como la de prohibir los regalos de los lobbies, que de nada sirve si, tal y como demostró el caso Freeman, el inquilino de la Casa Blanca sigue supeditado a las sugerencias de la AIPAC e Israel. O como el hecho de limitar los sueldos de directivos ayudados por el Estado, sin carácter retroactivo, claro; con lo que se permitieron los escándalos de AIG y compañía.

A día de hoy una de las pocas promesas cumplidas por Obama ha sido regalarles un perro a sus hijas. Justo lo que el mundo necesita.



Photo: AP
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