El Manchester partía como favorito. En parte por las propias dudas azulgranas -que llegaban al partido con la defensa en cuadro y varios jugadores clave tocados- y en parte porque la prensa inglesa ya se había encargado de encumbrar a los altares a CR7 y compañía.
Pero al final, Roma fue la tumba de la campaña europea del United y el éxtasis de un barcelonismo que ahora sí, puede sacar pecho junto a los grandes. Es el primer equipo español en conseguir la triple corona (Copa, Liga y Copa de Europa) y el quinto de la Historia en hacerlo. Si bien, de los otros cuatro, sólo el rival de anoche en Roma, el United, es capaz de reclamar dicho honor con la cabeza bien alta. Porque no es lo mismo ganar la triple corona en España o Inglaterra que hacerlo en Escocia u Holanda.
Ayer ganó el fútbol, ganó un estilo y ganó el barcelonismo. Y por una vez, sin provocar infartos.
Pero ayer también fue el día de la justicia universal. La de Silvinho y Henry, que vieron por fin las recompensas a dilatadas carreras en la elite. O la del propio Barcelona, que vio la recompensa al esfuerzo puesto en la cantera (siete jugadores sobre el terreno de juego son canteranos de la Masia). O la del propio Guardiola, que entra a formar parte del selecto club de campeones europeos como jugador y entrenador (curiosamente los otros dos que lo han conseguido fueron Cruiff y Rijkard, ambos también con el Barcelona en al menos una de las ocasiones).
Y por supuesto, también se vio el niñato que CR7 es realmente.
PS. En Roma sólo hubo que lamentar dos incidentes aislados a manos de exaltados italianos (ni siquiera de las dos aficiones). Pero en Nigeria, el asunto acabó de un modo mucho más trágico.
Foto: EFE/Ettore Ferrari. Más fotos.
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