Any questions? Contact us.

Monday, September 21, 2009

Arenas movedizas

Los votos afganos han sido emitidos, han sido contados y finalmente, han dado la victoria a Hamid Karzai, el actual presidente. Pero nadie, ni siquiera él mismo, otorga aún la victoria de forma oficial. Incluso con las alegaciones de fraude, Karzai ha conseguido un resultado del 54.6% de los votos. Su oponente principal, Abdullah Abdullah, ha logrado un 27.7% de los votos.

El resultado de Karzai es muy similar al cosechado hace cinco años, pero puede que finalmente sea insuficiente. Todo el pescado aún no se ha vendido.

La comisión de observadores independientes de la UE ha presentado demandas de sospecha de fraude en un millón y medio de votos. Son tantos como la quinta parte del total emitidos. De ellos, tres de cada cuatro votos sospechosos benefician a Karzai. Si finalmente todos o parte de ellos son invalidados, es posible que Karzai no supere el 50% más un voto requeridos para no necesitar una segunda ronda. De hecho, las preparaciones para esa segunda ronda ya están empezando.

Por supuesto, el equipo de Karzai no ha recibido nada bien estas noticias. Acusan a los observadores internacionales de interferir en materias internas afganas y de ser “parciales, irresponsables e ir contra la constitución afgana”. Nada que nos sorprenda en esa pataleta infantil. Durante gran parte del proceso, los oficiales afganos ni siquiera se han preocupado de ocultar el fraude; no van a empezar ahora. El propio Karzai admite que “tal vez” algunos oficiales del gobierno fueron un poco “imparciales” a su favor. Pero poca cosa...

Aparte de los porcentajes de votos para cada candidato hay un número más que escama: la participación. Según las cifras oficiales, ésta se situó en el 38.7%. Para estándares occidentales, parece baja. Para lo que se vio el día de las elecciones en Afganistán, parece alta. Casi utópica.

Pero si la situación no es la idónea en Asia, en la retaguardia tampoco, especialmente en Europa. En los ocho años de guerra, Estados Unidos y el Reino Unido han sido los mayores contribuyentes al conflicto, sobre todo en lo referente a bajas. Otros países también han perdido vidas humanas en Afganistán. Sin embargo, hasta ahora, sólo era debido a accidentes o encuentros ocasionales con los Talibanes. Si morían, era en sus bases o cerca de ellas, como los soldados italianos muertos este fin de semana.

El 2009 ha venido a traer un cambio en esto. El aumento de la insurgencia en áreas antes tranquilas, la pérdida de puntos vitales por la ISAF sobre todo en el norte y oeste del país y las posiciones estancadas, sumado al lento goteo de bajas, han minado el apoyo por la “guerra buena” -en contraposición con Irak- tanto en Europa como Estados Unidos.

En cuanto a los primeros, el Premier británico Gordon Brown, la canciller alemana Angela Merkel, y los presidentes español y francés, José Luís Rodríguez Zapatero y Nicolas Sarkozy, han demandado el repliegue antes del 2012. Canadá también ha votado en su parlamento por retirar las tropas en una fecha similar. Los polacos, por su parte, votarán acerca del mismo tema dentro de poco, y el revés sufrido con el escudo antimisiles no augura muchos amigos de Estados Unidos.

Es por tanto la misma vieja canción para los americanos. Al igual que en Irak, Europa se ha cansado de disparar a un enemigo invisible y aparentemente invencible. Los Generales no dejan de pedir más tropas. Muchos senadores, especialmente Republicanos, secundan la moción. Entre ellos, el oponente de Obama en las pasadas elecciones presidenciales. John McCain admite que más tropas puede que no solucionen el problema, pero definitivamente no hay posibilidad alguna de solucionarlo sin ellas.

Obama mientras tanto, piensa. Y medita un cambio de estrategia. Los días en los que el nuevo presidente contentaba a los generales aumentando el contingente han pasado. En la mente de los Demócratas -y puede que del propio Obama- sobrevuela el fantasma de Vietnam. La opinión pública ya se está agrietando. Como con el país surasiático, pierde la retaguardia y perderás la guerra.

Para evitarlo, las medidas ya están en marcha. La opinión pública en casa está ligada a lo bien que les vaya a los soldados en el exterior, que a su vez depende en gran medida de la opinión pública afgana. Para ganar corazones en Afganistán, nuevas reglas de enfrentamiento (más estrictas) y más equipamiento no letal está siendo distribuido. Minimizar las bajas civiles es el objetivo.

Pero el mayor peligro viene de, no ya dejar que Afganistán sea otro Vietnam, sino de que se convierta en otro Irak. El país del Éufrates enterró a la Administración Bush, y con ella a los Republicanos, debido a la identificación de los unos con lo otro. Afganistán ya empieza a ser identificada como la “guerra de Obama”, aunque no la empezara ni abogara por ella. Si la identificación sobrevive y acaba en desastre -o simplemente se eterniza sin aportar una solución-, puede ser el fin de los Demócratas. En Afganistán, Obama se juega mucho más que una guerra.

PD. Por cierto, parece que nadie recuerda ya a bin Laden.


Photo: ISAF

Did you like it? Share it Delicious

No comments:


¿Tienes miedo? Esto funciona así. Primero haces aquello que te infunde temor y es luego cuando te entra el valor.


Twitter Delicious Facebook Digg Stumbleupon Favorites More

 
Worldwide blog©, WGMreports© and the texts included here are copyright of Javier Garcia Marcos.
All the pictures used in this blog are property of their respective owners. Any innappropiate use of them is unintentioned. Any image or link used without permission will be removed.
Powered by Blogger