"What we have attempted to demonstrate is that it is possible to narrow down where Osama bin Laden is by ruling out where he is unlikely to be," afirmaron los geógrafos Thomas Gillespie y John Agnew.
Vamos, algo así como decir que está por ahí en el mundo. Buen trabajo, chicos.
Era demasiado bueno como para ser verdad. No solamente los dos académicos nunca reclamaron haber localizado al hombre más buscado del planeta -aunque los periódicos se dieran tortas por poner ese titular-, sino que además su estudio se basa en datos erróneos. Como que a bin Laden le fallan los riñones y por tanto, necesita estar siempre cerca de una maquina de diálisis y un generador. Bueno, eso es falso.
El estudio también menosprecia la capacidad de la mente terrorista. La complejidad de la mentalidad de Al Qaeda escapa de los modelos usados por la UCLA. Podría funcionar, claro, si la forma de pensar de bin Laden fuera tan simple como la de los animales -y plantas- usados en los modelos de teorías biogeográficas aplicados al estudio. O si en Al Qaeda fueran estúpidos. Pero no lo son.
Además, Gillespie y Agnew citan una localidad llamada Parachinar, un lugar lleno de chiíes, casi tan malos para la sunní Al Qaeda como los infieles. Y un lugar frecuentemente atacado de forma brutal y violenta.
"Un intento admirable, métodos muy flojos," afirmó una fuente militar. De cualquier manera, las coordenadas exactas son N. 33.901944° E.70.093746°. ¿Alguien se anima a ir a comprobarlo?
Al menos hasta entonces, el encuentro Osama-Obama deberá esperar.
Foto: UCLA
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