La propaganda de cada bando dice una cosa distinta. Por parte de los norcoreanos, el satélite está ya en órbita retransmitiendo canciones de gloria a Kim Jong-il y su predecesor.
Los americanos sin embargo, sostienen que el lanzamiento falló y cayó sobre el Océano Pacifico. De hecho, como dice el primer comentario de este blog, los americanos afirman que el satélite lanzado por Corea del Norte se encuentra realmente transmitiendo esas canciones pero en una “órbita subacuatica”.
De ser así, sería el tercer fallo de un misil de estas características. Estos tipos no dan una.
Sin embargo, aunque el lanzamiento hubiese fallado finalmente, Corea del Norte aun estaría en disposición de celebrar algo. Para empezar, la primera fase sí que logró separarse del resto. Esto en sí mismo es ya una mejora respecto al lanzamiento de 2006, donde todo el sistema se desintegró menos de un minuto después del lanzamiento.
Y aunque la segunda y tercera fase no lograran desprenderse satisfactoriamente, los coreanos aun tendrían suficientes datos como para saber qué ha fallado e intentar remediarlo para las próximas veces. E incluso políticamente hablando, esto habrá aumentado sus bazas en las negociaciones pro-desarme nuclear.
Aun así, como señala la CNN, los norcoreanos se hayan lejos todavía de ser capaces de enviar una ojiva nuclear a través del océano hasta Estados Unidos. El satélite que se pretendía poner en órbita pesaría entre 150 y 200 kilogramos. Una cabeza nuclear de primera generación (en la que se encuentra Corea) pesa un mínimo de una tonelada.
Mientras tanto, incluso después del lanzamiento y las múltiples condenas por parte de lideres de medio mundo -incluyendo Obama-, la ONU sigue sin alcanzar un veredicto al respecto. Realmente China se ha empeñado en calmar los ánimos, cueste lo que cueste.
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